miércoles, 15 de octubre de 2008

BASURTO: UN CASO DE ZOOTECNIA



“...el cerdo levantó la cola y le dieron el verbo. La cara dio y se identificó. La asamblea en la granja escuchó el verbo con atención; una vez acabado, el cerdo siguió siendo el cerdo sin embargo”. (La granja en rebeldía. Sören Voldionov)

Guillermo Basurto ha sido una nulidad en los quehaceres de la función pública. No supo o no pudo transitar el puente que se levanta entre el terreno de los deberes de la militancia partidista y el espacio de las tareas una vez que se es gobierno. Ensoberbecido por su papel de cíclope en la tierra panista de ciegos, iluso creyó que bastaba una coqueta oficina instalada por beneplácito de Jerónimo Folgueras para capitalizar a manos llenas el éxito del servicio ciudadano, que lo condujera orondo y sonriente en dirección acertada hacía una regiduría en el 2007. Pero una oficina no hace al funcionario, y los anhelos de un chorlito no hay genio que los materialice; y Basurto empezó a dejar rastros de mierda a cada paso que daba. De manera igual que Nerón hizo cónsul a su jumento, Folgueras tituló a Basurto en la dirección de ecología, y empezó su Waterloo: un solo, un solo aporte en dicho puesto que lo distinguiera no lo hubo; lo que es ya patrimonio de los anales de las pendejadas en Tuxpan es aquel secuestro de marranos que condujo con singular eficacia, pretextando una inspección sanitaria, y que llevó a colmar la paciencia del alcalde: Folgueras lo mandó al chorizo. Basurto quiso pintar la tragedia en tonos azules de víctima, pero la opinión pública sabía que lo habían echado por inútil, por pendejo en la materia.
Dijo Dostoievski: “sólo el idiota es feliz”; también “lo toca el dedo del éxito”, agregaría yo. Guillermo Basurto, por su condición de activo del Pan se ha granjeado un cargo en la procuraduría federal del consumidor con sede en Jalapa. ¿Cuál es el cargo? Eso vale pito. Lo que llama la atención es su puesto como prueba verosímil de que la burocracia aun con el cambio está de la chingada. Tan malo el rojo como el azul. Tan corrupto el uno como el otro: Basurto quiso, tan pronto como estrenó charola atracar con impunidad federal gasolina gratis en un expendio, de lo que dio cuenta la prensa local y en on-line. No renunció por el escándalo, y en desagravio ofrece hasta entrevistas video grabadas a su compañera. De esa dimensión es el cinismo de este “servidor público”.
¿Las bravatas de Guillermo Basurto? Berridos de marrano.

APENDICE 1.- ¿Quién es Nina Salguero? En una cena escuché decir a uno de los entrevistados por ella para la página detuxpan.com que su entrevistadora lo había embadurnado de elogios, que la mayoría de los calificativos le habían avergonzado, pues la impresión que dejaba era que a falta de conocimiento del personaje entrevistado y su obra ella suplía su indolencia acribillándolo con un falso y sobre cargado enaltecimiento. Me asignó créditos de los que carezco, afirmó apenado el entrevistado, y me hizo preguntas de cuyos temas tengo un conocimiento como cualquier ciudadano de a pie, pues lejos soy de ser especialista, remató.
Interesado, le pregunté: “¿Vio usted ya le entrevista?”. “No me he atrevido”, fue su respuesta.

APENDICE 2.- “Platillo marinero” ha tenido la decencia de poner los puntos sobre la íes. Dice que el quiso decir otra cosa, y lo resume con una frase en latín: “pecunia non olet”, culto el muchacho. Sin embargo estoy convencido que lo suyo fue una defensa del “espurio” con una bala de salva como distractor, y la aceptación del premio del tocayo le quedó como anillo al dedo. Yo no defiendo al tocayo. De suyo me parece ya antipático pues está dedicado al estudio profundo de las matemáticas, la ciencia pura más impura, la más falsa, desvergonzada y dañina de las disciplinas que el hombre ha creado. De los hombres entregados a los números hay que desconfiar, pues están empeñados a la magia del engaño.
Lo que pudiera reprocharle al tocayo, lejos está lo de la aceptación del dinero del premio junto con el diplomado y otra chingadera que no recuerdo ahora, es que “espurio” no es el calificativo que mejor describe a Felipe Calderón. ¿Qué me importa a mí un “espurio” presidente si éste fuera un gobernante capaz? Pero no, Calderón ha sido incapaz de gobernar y un fracaso rotundo en todo aquello que prometió aplicar si era ungido presidente. Es decir, no es “espurio”, es inepto, torpe, inhábil, incompetente y la caga cada vez que intenta convertir una idea suya en iniciativa. Tiene la desgraciada virtud, entonces, de echar a andar todos los mecanismos de la estupidez y la torpeza. Pobres mexicanos nosotros.
Miguel Camín retratos1@gmail.com

1 comentario:

  1. Cual depredador tras su presa, Camin ataca y critica con un muy atractivo estilo, salpicando su comentario con muestras de su basta cultura, pero sin perder de vista el lenguaje popular que empleamos todos los mexicanos. Me gusta la forma, mas no el fondo.
    Pregúntome yo y pregunto a Camín: ¿Acaso está en contra de las matemáticas? porque así lo entiendo en este comentario; ¿Ha tenido el atrevimiento de ver las entrevistas de Nina Salguero en la página detuxpan.com? ¿O sólamente critica por criticar?
    Camín me parece una mente creadora privilegiada por sus dotes como escritor, sin embargo, tengo la impresión que sus críticas las hace la mayoría de las veces sin fundamento.

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