miércoles, 11 de febrero de 2009

VOTO EN BLANCO....




Por: Lic. Imelda Torres Sandoval

Para combatir el sospechosismo y el catastrofismo, no hay nada mejor que el pendejismo…

Santiago Creel nos sorprendió con su prosapia al hablar del sospechosismo que tenía el gobierno foxista de que altos funcionarios estuvieren involucrados en negocios relacionados con el narcotráfico y otras lindezas. Toca el turno ahora a nuestro Presidente de la República, para reprendernos por dejarnos llevar por el catástrofismo económico y financiero. Sin embargo, yo opino que nos evitaríamos muchas discusiones lexicológicas y doctrinarias si, en vez de enfrentar la realidad o pensar que no pasa nada, mejor pasemos a practicar el pendejismo.

A contrario de lo que ustedes están pensando, el pendejismo es cosa muy seria. Es una filosofía netamente mexicana para sobrevivir al sistema político y económico que estamos padeciendo desde hace más de 80 años. El creador de tan genial filosofía es un ilustre zacatecano, Hermenegildo L. Torres, conocido también como “il maestro torres”, o “el filósofo de güemes”, quien en los años cincuenta del siglo XX creó la PUP (Filosofía Pro Unificación de los Pendejos) autonombrándose Presidente de la misma.

La PUP difundió a nivel nacional e incluso internacional el Catálogo del Pendejo como una opción para resistir los embates de las injusticias, la crisis, la mala suerte y la corrupción; proponiendo magistralmente que en esta cochina vida sólo hay dos maneras de ser feliz: una es hacerse pendejo y otra es serlo.

Definamos al pendejo de acuerdo a la Real Academia: pendejo se le dice al pelo que nace en las ingles y en el pubis; aunque para nosotros es aquel individuo tarugo, tonto, estúpido, idiota, ignorante, tarado, jactancioso, pusilánime, necio, torpe, testarudo, pazguato, patán, pelafustán, fatuo, altanero, etc, etc…

Sumándome al llamado de nuestro Presidente Calderón, dejo atrás la crítica malsana y el catastrofismo, y propongo ideas para que podamos superar dignamente la crisis económica y política que estamos padeciendo.
Ustedes eligen si para ser felices, a partir de hoy, se hacen pendejos, o descubren que son pendejos.
O lo que es pior: deciden si nuestros gobernantes se hacen pendejos o realmente lo son. Para ello, sin duda, nos sirve el Catálogo del Pendejo, que a continuación les comparto:

Una cosa es ser pendejo... otra que te hagan.
Si tienes cara de pendejo, no la desaproveches.
No te me desapendejes.
Ni que fueras poco pendejo.
Ni que fueras pendejo de ahora.
Lo pendejo es universal, existe en el cielo, en la tierra y en todo lugar.
El pendejo es el único individuo completo, no los encontraras a medias; cuando se es pendejo, se es pendejo.
Los pendejos son como las campanas: tan, tan, tan pendejos, tan, tan, tan sonoros que solitos se identifican.
El sabio no dice lo que sabe, el pendejo no sabe lo que dice.
Si quieres llegar a viejo, no batalles... hazte pendejo.

Espero sinceramente que sirva de algo esta filosofía para que podamos enfrentar los duros años de escasez que vienen sin caer en las temidas y criticadas actitudes de sospechosismo y catastrofismo.
En otra ocasión les hablaré de la clasificación del pendejo, que también resulta muy interesante.
Hasta la próxima.

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