martes, 20 de agosto de 2013

Expediente 2013

El politólogo incómodo

Luis Velázquez 

Alguien, algunos acaso, que guardan un rencor infinito y creciente al tecleador empezaron a correr la versión que el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica es un invento del reportero. Una especie de álter ego. Incluso, uno mismo. 

Y la versión por ahí se fue. Y ahora se ha convertido en una especie de verdad universal para una parte de la elite política. Mejor dicho, priista de Veracruz.

Incluso, con alguna frecuencia han preguntado si en verdad existe. 

Y, bueno, el maestro Ronzón estudió la maestría en modo presencial en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense, de España, en el sexenio del gobernador Patricio Chirinos Calero.

Años después, a su regreso trabajó en el CEN del PRI, cuando el tabasqueño Roberto Madrazo Pintado fue el presidente y desde ahí soñó con la presidencia de la República.

Enviado especial del PRI a unas entidades federativas, Ronzón se encargó de la operación electoral y del estudio sociológico, pues además, también es doctor en Sociología por una universidad de Puebla.

Después, se desencantó de los políticos convertidos en carniceros en cada cambio de poderes que de plano renunció a seguir laborando en un partido político y en el gobierno el resto de su vida.

Y desde entonces es académico de dos, tres universidades privadas del puerto jarocho, donde imparte la materia, entre otras, de Ciencia Política, y desde donde está considerado uno de los más agudos críticos y analista del sistema político mexicano. Y del resto del mundo.

GRACIAS, MAESTRO, MUCHAS GRACIAS 

El tecleador agradece de manera pública a Ronzón Verónica las decenas, cientos quizá de horas que le ha dedicado para el análisis de los hechos y circunstancias, de actitudes y conducta de los políticos de Veracruz, y más porque su punto de vista ejercido y pulido con lupa lo ha perfilado como un académico incómodo.

Dotado de una inteligencia y talento fuera de serie, con formación teórica y práctica en la Ciencia Política, conocedor de la naturaleza humana, con una visión de Estado, académico culto, el joven maestro ha enseñado al tecleador a mirar a los políticos desde otra perspectiva, una mirada acuciosa, incluso ácida.

Y le está más agradecido porque le ha educado y reeducado en el análisis político, mirando los hechos y circunstancias a la luz del pasado inmediato y mediato, de tal forma que la historia se va repitiendo de manera incesante y lo único que cambian son los nombres.

Además, y como un estudioso de la política-política, vive cada día informándose y actualizándose, y así está vigente.

Y por eso mismo su gran valía, pues además es un académico congruente consigo mismo. Respetado y respetable.

AGNÓSTICO, INCRÉDULO Y DESCONFIADO…

Algunos políticos, sobre todo priistas, han llegado a la siguiente temeridad: han preguntado sus fuentes de empleo y han llamado por teléfono a la dirección de la universidad para preguntar sobre él.

Y más aún, han pedido hablar con él para confirmar si en verdad existe. 

El maestro sonríe cuando recuerda tales sucesos, consciente y seguro de su libertad para escudriñar la vida pública, pues desde la política es un académico agnóstico, incrédulo y desconfiado.

DOS AÑOS MIGRANTE EN E.U. 

Antes de partir a España, Ronzón fue migrante en Estados Unidos durante dos años, donde permaneció como los 30 millones de hispanos de ahora, sin documentos ni papeles, y viviendo a caza de mata para evitar que los policías de Joe Arpiao lo detuvieran.

Desde Coatepec, de donde es originario, partió al otro lado del charco porque en Veracruz las puertas laborales le estaban cerradas por una sencilla razón: era mucha la demanda de fuentes de empleo, lo que llevaba al patrón a ofertar sueldos miserables.

Allá permaneció 24 meses y conoció el infierno y se volvió solidario con los hispanos y participó en la lucha migrante por una vida mejor.

Nada, pues, como a Miguel de Unamuno, le es ajeno en la naturaleza humana.

INFAMIA CONTRA RONZÓN VERÓNICA 

En la película “El informante”, con Al Pacino, editor del programa noticioso “60 minutos”; Cristopher Pummer, el conductor estrella, y Russel Crowe, el informante, la garganta profunda del caso Watergate, plantean, cierto, el sórdido negocio de las tabacaleras de Estados Unidos que siembran cocaína en los cigarros para crear adicciones.

Pero al mismo tiempo muestra la relación entre la política, los capitanes de la industria y el periodismo.

Atrás de la noticia, Al Pacino busca al “informante” y lo convence de pasarle información.

Luego, los intereses económicos, políticos y periodísticos de los dueños de la televisora se atraviesan y la entrevista exclusiva, el reportaje, quedan fuera de la programación.

A partir de ahí comienza la gran infamia en contra del “informante”, a tal grado que al final de la película, hastiado de tanta podredumbre de los propietarios de la televisora renuncia al medio. 

Esa misma infamia ha sentido el tecleador de “Expediente 2013” en contra del maestro Ronzón Verónica, pues, además de otras calumnias, desde el otro lado del poder niegan su existencia.

“Es un invento tuyo” han dicho los políticos. 

Y, bueno, entre el profe Carlos Ronzón y ene número de políticos priistas, el tecleador se queda con los ojos cerrados con el maestro, que tanto ha orientado y reorientado su trabajo periodístico. 

Y más ahora cuando hacia los últimos años quizá, de vida, y como dice Albert Camus, el ser humano trata de recobrar un poco de la dignidad perdida en el camino…

De paso, muchas, muchísimas gracias también al sociólogo, historiador y economista… que asesoran al tecleador como la fuente informativa y analítica más valiosa e importante de toda su vida reporteril. 

POSDATA: Crónicas picosas, reportajes picosos y columnas picosas en el blog.expediente.mx como en ningún otro medio de Veracruz.

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