Por Orlando Segura Hervert.
Imagen: Facebook/ Proceso
A Manuel Torres lo veíamos esporádicamente en Tuxpan, solo en determinadas ocasiones venía al puerto, entrevistaba a funcionarios, autoridades y después de eso se iba a completar la información para TV Azteca.
Era muy tranquilo, con algunos se llevaba extraordinariamente bien, les jugaba algunas bromas, nada fuera de lo normal, nada que llamara la atención, cero ostentación, vivía al día, como todos, “siempre en busca de la chuleta”.
La semana pasada, el 7 de mayo, lo vi en la Policlínica, me saludó muy atento, ahí me dijo que ahora estaba en el equipo de prensa de Héctor Yunes Landa, a varios les tomó los datos en una pequeña libreta.
Durante la mañana de este sábado, las reporteras estrecharon su mano en un evento de mujeres priistas realizada en el salón SUTERM, ahí cruzaron breves comentarios.
En el transcurso de la tarde, la noticia trágica, lo ejecutaron en Poza Rica, esa ciudad que desde hace meses perdió su paz y tranquilidad.
Nadie daba crédito a semejante hecho, terrible acontecimiento en el que un colega lo asesinan de esa manera.
Las primeras imágenes lanzadas al ciberespacio causaron indignación en el gremio: Tirado, solo en una banqueta, con un plomazo en la cabeza.
La Fiscalía y su personal nos deben una explicación de que pasó, una más…
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