miércoles, 24 de octubre de 2007

EN CONCRETO.




ACABAR CON FONHAPO

Por Laura Itzel Castillo Juárez
Consejodedefensadelavivienda@gmail.com
www.sahuvi.gobiernolegitimo.com.mx

Si analizamos la aplicación del presupuesto federal en materia de vivienda podemos observar claramente que los organismos nacionales no han podido con el paquete habitacional que tienen enfrente. Para muestra basta un botón: Fonhapo.
Veamos de qué estamos hablando: el Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo), que como su nombre lo indica debiera proveer de créditos baratos y suficientes a la población más pobre, de acuerdo con los reportes bimestrales del Avance Físico de Programas Aprobados 2007, tiene un avance de tan sólo 37.7 %, hasta el cuarto bimestre de este año, en cuanto a subsidios otorgados a familias en pobreza patrimonial para la adquisición, construcción, ampliación y mejoramiento de viviendas. Es decir, de los 3 mil 219 millones aprobados para este programa la institución sólo ha ejercido mil 213 millones 563 mil pesos. Esto significa que Fonhapo observa un subejercicio de 2 mil 5 millones 437 mil pesos. Esta cifra equivale a 10% de lo que se pretende recaudar anualmente en el aumento de la gasolina.
De acuerdo con el cuarto Informe Bimestral, de fecha 28 de septiembre de 2007, correspondiente al periodo julio-agosto a partir de los informes enviados al H. Congreso de la Unión, con base en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, la ineficiencia de esta dependencia es más que evidente.
En el rubro correspondiente a subsidios a familias rurales de bajos ingresos para la dignificación de sus viviendas, sólo muestra un avance de 1.1% en el mismo periodo. En otras palabras, Fonhapo sólo ha sido capaz de destinar 5 millones de pesos de los 509 millones de pesos que le fueron autorizados para atender a la población históricamente más marginada del país, rubro que desde 2006 presentó un subejercicio brutal, pues no se ejerció un solo centavo de los 500 millones que tenía asignado.
El diseño financiero de las leyes, ordenamientos y reglas de operación que rigen al organismo ha provocado un divorcio natural con los sectores de la sociedad a quienes supuestamente están dirigidos los programas habitacionales y, paradójicamente, los ha vuelto inoperantes. La razón de fondo es que como resultado de las reformas estructurales implementadas en la década de los 90, las nuevas políticas habitacionales quedaron definidas a partir de objetivos económicos financieros y no de las necesidades de la población. Desafortunadamente el objetivo es claro: desmantelar de manera intencional al Fonhapo y con ello dar un golpe más a la población humilde de este país.

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