viernes, 8 de febrero de 2008

LA MARCHA DE LA LEALTAD...




Por Nina Salguero Nuñez...
El día nueve de los presentes la historia consigna un hecho que llena de orgullo al Colegio Militar y a todos aquellos ciudadanos que consideran la lealtad como un valor.
95 años ha que aconteció la decena trágica, 9 de febrero de 1913.
Acto a todas luces reprobable que convulsionó a la nación y que únicamente fue el producto de la ambición y de la ingratitud de aquellos que Francisco I. Madero, no sólo perdonó, sino que bondadosamente acogió en su Gobierno.
En 1949 en Congreso de la Unión, dispuso que se antepusiera al Colegio Militar en su nombre el adjetivo de " Heroico" que expresa el reconocimiento nacional a sus méritos indiscutibles, demostrados a través de su historia.

ALGUNOS ANTECEDENTES DEL PORQUE DEL
ADJETIVO " HEROICO"

A principios del mes de mayo de 1920 con motivo de los problemas electorales por la sucesión presidencial, que dieron lugar al Plan de Agua Prieta, surgió una nueva oportunidad al Heroico Colegio Militar de poner en relieve la trayectoria de lealtad, al acompañar al primer presidente Constitucional de la era revolucionaria, don Venustiano Carranza, cuando se vio obligado a abandonar la Capital del país, con rumbo a Veracruz;
El Heroico Colegio Militar, y sus cadetes protegían en su historia a otro Jefe de la Nación,que embarcados en el tren presidencial y otros convoyes marcharon a su lado, respondiendo valientemente a la invitación que se le hizo para escoltar al Primer Mandatario,siguiendo el ejemplo jamás violado por las anteriores generaciones de su heroico establecimiento.
Desde el primer momento en que el tren presidencial inició su salida de la Capital, los cadetes principiaron a combatir para salvaguardar la vida del presidente Carranza en las inmediaciones de la Villa de Guadalupe, luego en Apizaco, posteriormente en San Marcos, más tarde en Rinconada y finalmente el Aljibes, en cuyo campo de gloria nuevamente tanto como los cadetes de Infantería. los de Administración como los de Artillería e Ingenieros y en forma excepcional el Escuadrón de Caballería, bajo las órdenes del entonces Coronel Rodolfo Casillas, realizando su épica memorable CARGA AL SABLE, con q ue los jóvenes centauros arrasaron a las tropas sublevadas que venían al mando de los generales Máximo Rojas y reyes Márquez.
Fue en ésta inolvidable acción heroica, la última que salvó la vida del presidente Carranza, habiendo dispuesto éste que los cadetes regresaran a México, no obstante que los cadetes deseaban correr la suerte de los demás.
El Presidente continuó su marcha por las sierras poblanas hasta alcanzar el triste paraje de Tlaxcalantongo, donde la tormentosa noche del 20 de mayo de aquel trágico año de 1920, para amanecer el 21 fue asesinado por un grupo de mexicanos que lo asesinaron salvajemente.

9 DE FEBRERO DE 1913

La madrugada del domingo 9 de febrero de 1913, los generales procedentes del viejo ejército porfirista Manuel Mondragón, Gregorio Ruis, Cecilio Ocón, y Fidencio Hernández, se pronunciaron contra el Gobierno Constitucional del presidente Francisco I. Madero, sublevando al 1er- regimiento de caballería y a los regimientos de artillería 1/o, 2/o y 5/o, que fueron secundados por la mayor parte de la gerdarmería montada y la casi totalidad del Batallón de Seguridad del Distrito Federal, con cuyas fuerzas marcharon a liberar a los cabecillas del movimiento, los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz que se encontraban presos en Santiago Tlatelolco y la Penitenciaría, respectivamente.
Por su parte también en las primeras horas de ese día, los alumnos de la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan, que igualmente se habían insurreccionado instigados por varios de sus oficilaes m tomaban sin resistencia el Palacio Nacional, y se posesionaron de las torres de Catedral.
Pero pocas horas pudieron los aspirantes conservar su situación, la audacia y el valor del pundonoroso general Lauro Vil lar, Comandante Militar de la Plaza, fueron suficientes para que acompañado de soldados leales del 20/o. y 24/o. batallones, lograra desarmarlos ponerlos presos, con lo cual el Palacio Nacional, quedó nuevamente en poder de las fuerzas del Gobierno.

Al llegar los rebeldes a la esquina de Moneda y Seminario procedentes de la Penitenciaría, una avanzada encabezada por el general Gregorio Ruiz, marchó rumbo a Palacio para hablar con el general Villar m pero este no pudo regresar ya que el propio Comandante de la Plaza, desmontándolo con energía, lo mandó preso en la Guardia de Prevención.

Entre tanto la mayoría de los alumnos del Colegio Militar, ignorantes de los sucesos ocurridos y de la situación que prevalecía se diponìan a salir francos, cuando sorprendidos escucharon a la banda de guerra el toque de " reunión". El capitán Franco A. Cuenca que se encontraba de Cuartel, ordenó a los sargentos 1/os, que con prontitud desfilaran sus compañías para que uniformadas de gala, se armaran y recibieran la dotación regular de cartuchos de guerra.

Minutos después ya debidamente organizadas las compañías, vieron aparecer al Presidente Madero, montado en un caballo tordillo acompañado por el Ministro de Guerra, Angel García Peña y otras personas; el que, deteniéndose en la explanada y con la serenidad propia de su alta investidura, procedió a arengarlos invitándolos a escoltarlo hasta el Palacio Nacional, para demostrar al pueblo que las fuerzas del Gobierno habían triunfado derrotando a los desleales.

Y los heroicos cadetes, siguiendo la tradición de sus hermanos que les antecedieron, arrogantes y decididos rompieron la marcha con una sección de la 1/a. compañía de descubierta, seguidos por el Sr. Madero y su comitiva y a continuación por las demás compañías que formaban el grueso de la columna.
Se Tomó por la ruta el Paseo de la Reforma, para luego seguir por la Avenida Juàrez, San Francisco y Plateros, hasta llegar al Palacio Nacional; siendo de advertir que para hacer más efectiva la protección al señor Presidente al llegar la columna al cruce de San Juan de Letrán, ordenado por el Tte. Crnl. Hernández Covarrubias, que unas fracciones de alumnos siguieran la marcha por las calles 5 de Mayo y 16 de Septiembre.

Así queda acreditada para la posteridad, la lealtad de los cadetes, sino también su valor y disciplina que fueron puestas a prueba al formarle la guardia al sr. Presidente Madero durante el tupido tiroteo que en la Av- Juárez, lo obligó a refugiarse con sus acompañantes en el edificio de la fotografía " Daguerre" ya que los cadetes que desempeñaron el servicio orgullosos de sostener el honor de su Plantel y conscientes de la gran responsabilidad que tenían encomendada.

Durante esa gloriosa jornada también fue regada la sangre de uno de los valientes cadetes el teniente alumno de Estado Mayor, Gerardo Ríos Covarrubias.

Cátedra de espíritu cívico, lealtad, orgullo no solo para el Glorioso Colegio Militar, sino para todos los mexicanos jóvenes, en cuya alma debe alentar el más puro patriotismo.

Agradecimientos al Gral. retirado: Luis Manuel García Delgado
por su valiosa aportación para la elaboración de éste relato.

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