jueves, 6 de marzo de 2008

EL QUIJOTE AGRARIO OPINA



Ya estamos en marzo, escucho la radio, y la televison me bombardea con discursos de buena voluntad acerca del Dia Internacional de la Mujer…..
Que si debemos luchar por nuestros derechos, que si nos lo deben de respetar los hombres….. Que si arriba las mujeres y abajo los hombres….bien, a cada quien su gusto……
La realidad es que, gracias al Creador, los hombres y las mujeres NO SOMOS IGUALES,…..entonces, ¿para que pugnamos por una falsa igualdad entre varones y féminas?
Aceptemos nuestras diferencias, y vivamos en el respeto a nuestra individualidades. Solo asi terminaremos con la VIOLENCIA DE GENERO. Por que aunque no lo querramos aceptar, tambien hay hombres que sufren violencia por parte de algunas sicoticas, dizque mujeres liberadas, que asumen el papel de “machas” por que cuentan con solvencia economica, y reproducen el mismo patron de abuso que tanto despreciamos en un “hombre” que pretende manejar nuestras vidas por el simple hecho de que nos “mantienen”.
La inteligencia, hermosura, bondad, tolerancia y honestidad no son valores exclusivos del sexo femenino ni del masculino, son valores que distinguen a hombres y mujeres con dignidad y valor para vivir su vida conforme a sus principios y decisiones propias. Entonces, dejemos de luchar por “defender los derechos de la mujer” y sumemos nuestros esfuerzos por que, hombres y mujeres, entendamos que ambos somos SERES HUMANOS creados a imagen y semejanza de Dios, y que por esa simple razón, nos debemos respetuo y amor mutuo, sin pretender uno ser mas que el otro. Superior que nosotros, Solo el que nos presto su Luz Divina y la depositó en nuestros cuerpos efímeros para andar un tiempo en este mundo.
Y para degustar algo acerca de la complejidad masculina, rescatemos a Sor Juana Ines de la Cruz, la Decima Musa, que en mi humilde opinión, debió nombrar a sus redondillas mujeres necias que aceptais al hombre sin razón……. Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual solicitaís su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal? Combatís su resistencia, y luego, con gravedad, decís que fue liviandad, lo que hizo la diligencia. Parecer quiere el denuedo de vuestro parecer loco, al niño que pone el coco y luego le tiene miedo. Queréis, con presunción necia, hallar a la que buscáis, para pretendida, Thais, y en la posesión, Lucrecia. ¿Qué humor puede ser más raro,que el que, falto de consejo,él mismo empaña el espejoy siente que no esté claro? Con el favor y el desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Opinión ninguna gana; pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata, y si os admite, liviana. Siempre tan necios andáis, que, con desigual nivel, a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis. ¿Pues cómo ha de estar templada la que vuestro amor pretende,si la que es ingrata, ofende, y la que es fácil, enfada? Mas entre el enfado y pena que vuestro gusto refiere,bien haya la que no os quiere y quejaos en horabuena. Dan vuestras amantes penas a sus libertades alas,y después de hacerlas malaslas queréis hallar muy buenas. ¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada: la que cae de rogada, o el que ruega de caído? ¿O cuál es más de culpar,aunque cualquiera mal haga:l a que peca por la paga, o el que paga por pecar?Pues ¿para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis. Dejad de solicitar,y después, con más razón, acusaréis la afición, de la que os fuere a rogar. Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia juntáis diablo, carne y mundo.

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