Por Orlando Segura Hervert.
Diversos actores políticos se han dado cita en los eventos de la Feria Nacional del Libro Tuxpan 2008. así por ejemplo en la presentación de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, se contó con la presencia de la primera autoridad local Juan Ramón Ganem Vargas y su esposa Julieta Sánchez de Gánem. En su oportunidad arribó al evento el diputado federal Iñigo Antonio Laviada Hernández, en un extremo y en primera fila se les vió muy atentos a los Regidores Celestino Cuervo Cruz, Jesús Carballo Serrano y Juan Antonio Aguilar Mancha, cada uno con sus respectivos hijos.
El concierto tuvo su climax, los 100 músicos deleitaron a los presentes, los tuxpeños solo se equivocaron dos veces, cuando la interpretación de los ejecutantes bajaban el tono y en ese instante, más de algún ciudadano pensó que era la hora de tributar la unión de las palmas; pero solo bastó un movimiento del director Gonazálo Rameu y las manos del público callaron al unísono.
A lo lejos se veían hombres, familias de diferentes clases sociales, señoras de buen vestir con sus agradables perfumes, amas de casa, jóvenes y señoritas que gustosamente disfrutaron del magno concierto ofrecido al aire libre por una de las instituciones de mayor prestigio en el país.
En términos generales, los comentarios fueron favorables, no faltó el despistado que esperaba a Selva Negra, pero de igual forma se quedó y no se movió hasta que concluyó el programa con las partituras de Blas Galindo
Diversos actores políticos se han dado cita en los eventos de la Feria Nacional del Libro Tuxpan 2008. así por ejemplo en la presentación de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, se contó con la presencia de la primera autoridad local Juan Ramón Ganem Vargas y su esposa Julieta Sánchez de Gánem. En su oportunidad arribó al evento el diputado federal Iñigo Antonio Laviada Hernández, en un extremo y en primera fila se les vió muy atentos a los Regidores Celestino Cuervo Cruz, Jesús Carballo Serrano y Juan Antonio Aguilar Mancha, cada uno con sus respectivos hijos.
El concierto tuvo su climax, los 100 músicos deleitaron a los presentes, los tuxpeños solo se equivocaron dos veces, cuando la interpretación de los ejecutantes bajaban el tono y en ese instante, más de algún ciudadano pensó que era la hora de tributar la unión de las palmas; pero solo bastó un movimiento del director Gonazálo Rameu y las manos del público callaron al unísono.
A lo lejos se veían hombres, familias de diferentes clases sociales, señoras de buen vestir con sus agradables perfumes, amas de casa, jóvenes y señoritas que gustosamente disfrutaron del magno concierto ofrecido al aire libre por una de las instituciones de mayor prestigio en el país.
En términos generales, los comentarios fueron favorables, no faltó el despistado que esperaba a Selva Negra, pero de igual forma se quedó y no se movió hasta que concluyó el programa con las partituras de Blas Galindo
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