martes, 8 de abril de 2008

RETRATOS ...



Por Miguel Camín...




A mi mesa sólo se sientan el falsificador de monedas y el poeta. Ambos viven en la ilegalidad.

1. UUUULEEEEEERO. Llamarle Feria Nacional del Libro a ese tianguis contrahecho que copa la totalidad de la explanada frente a palacio municipal es no sólo un delirante despropósito sino una reverenda mamada, si por esto último entendemos no el ejercicio bucal tan denostado como placentero, sino ese reino de lo absurdo donde lo inverosímil y descabellado quieren tomar carta de credulidad. A quién se le ha ocurrido titular con semejante adjetivo desmesurado a una vendimia que lo mismo ofrece helados que pan, ropa que antojitos, y le escamotea a la exhibición de libros una espacio para dárselo mezquino. Pues a ese cretino con cerebro de cebolla llamado Ramón Rodríguez. Tuerto en los reinos de ciegos de Folgueras y Juan Ramón, al aludido le ha dado por engañar pendejos y si uno se da una vuelta por el ayuntamiento concluirá que no le ha de costar trabajo ejercer tan divertido oficio. He de decir en descargo que tanta materia prima mostrada en la feria puede irse por el caño, salvo “Pura anarquía” de Woody Allen editado por Tusquets, cuyo ejemplar único me fue negado por el dependiente quien dijo que el libro está poca madre y no estaba en venta, y como a perro frente a la carnicería sólo me lo dio a oler. ¡Que culero!

2. MERETRICES EN POLÍTICA: A una puta de la calle Juárez, de esas que se rifan el cuerpecito cada desgraciada noche con Juan de las pitas para tener con que mitigar el ruidero de sus tripas, las suyas y las de su familia, le tengo más respeto que a Cruz Sagastume, Héctor Peralta y Lorenzo Gogeascoechea juntos. Todos ellos bien valen una mierda. Rebuznan proclamas, ladran consignas, maúllan discursos, berrean sentencias, croan amenazas. Para qué. Para vender caro sus amores y odios públicos sin poner el riesgo el pellejo. De infiltrar conflictos de sustancia real para después abortarlos vendiéndolos a los poderes, de eso ha vivido, por lo menos en los últimos treinta años, Rubén Cruz Sagastume. Hacerse los machotes con sus posturas en apariencia firmes de ni un paso atrás en la comedia de las marchas y plantones, para una vez acabada la función negociar tras el telón bien le vale a esos tres mequetrefes el mote de putas de la política: una vez fijado el precio se bajan los pantalones. Preguntémosle a Beto Silva.

3. ESTADO DE EXCEPCIÓN: Un joven de aquí, de Tuxpan, de una colonia prole, está hospitalizado y decir que se debate entre vivir o morir es lo menos, pues según notas de prensa es probable que tenga muerte cerebral. Un militar de una de esas partidas que combaten al crimen organizado y que por seguridad van encapuchados le zonrajó un plomazo porque el joven, junto con su hermano, emprendió la huida en su auto después de eludir un retén policial levantado sobre el acceso a la vía del Libramiento. De risa lo que les incautaron: una vieja escopeta y una pistola hechiza. ¿Habrá una explicación que aclare esta aplicación desmedida del uso de la fuerza del ejército mexicano sobre un par de jóvenes tuxpeños? ¿Quién se hace responsable de los hechos? ¿Están los retenes militares amparados por la constitución? ¿No contradicen la libertad de tránsito?

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