Por Uriel Flores Aguayo
urielfloresaguayo@hotmail.com
La crisis de los partidos políticos y la adversa realidad social para la mayoría de los veracruzanos nos llevan a pensar en otras formas de organización social y política. Como ha ocurrido siempre en Veracruz, el acceso a los programas sociales pasa por el filtro partidista y tiene un acento coorporativo y clientelar. Al ciudadano no se le ve como tal y con derechos sino como ser anónimo sujeto de favores. De esas actitudes del poder se puede desprender la conclusión de que, la mayoría de las veces, simulan en su contacto popular. En general los partidos en el estado no están trabajando en la gestión social; sin agenda social se ocupan, básicamente, en asuntos de autoconsumo; son una clase política ociosa y prescindible; no puedo decir que el PRI si hace gestoría puesto que se trata de una extensión gubernamental. En su tradicionalismo se parecen todos, es lo mismo el pinto que el colorado.
Quienes hacemos gestión social independiente del oficialismo no tenemos un espacio organizativo y de representación de alcance estatal, por lo que somos débiles y víctimas de la dispersión. Si queremos luchar con eficacia y hacernos oír tenemos que dar el paso hacia formas superiores y novedosas de coordinación social. En esa línea es que se está promoviendo la Constitución del Frente Amplio Social, lo cual tendrá lugar aproximadamente a finales de junio de este año. Es frente porque aglutinará a organizaciones, grupos, promotores, comités y demás expresiones de organización social; es amplio en la medida que sus actividades irán de la gestoría elemental hasta temas del conocimiento, pasando por asuntos de derechos humanos, ambientales y otros; y es social porque su prioridad será ese tipo de gestión sin condicionar alguna cuestión partidista.
El FAS será horizontal, respetará las formas de sus organizaciones y aspirará a llevar adelante una gestión social en sentido amplificado: peticiones básicas, proyectos productivos, promoción cultural, estudios y acciones ambientales y de género, cultura democrática, conocimiento y juventud, minorías, etc.. Se trata de darle una alternativa real a líderes sociales y a grupos tanto de pobladores del campo y la ciudad como a aquellos que se agrupan por género, edad y afinidad social o cultural. .
El trato con las autoridades puede ser normal y civilizado o áspero dependiendo de sus respuestas, digamos que se pondrán a prueba su voluntad y su carácter genuino. De todos modos Veracruz no es una Isla, habrá siempre el recurso de acudir a las instancias federales.
Ante la falta de democracia en los partidos y en las organizaciones sociales en FAS tiene que llevar a la práctica la democracia participativa; ubicando a sus integrantes como ciudadanos sujetos de derechos, con voz y voto, y como promotores democráticos. El FAS será distinto y alternativa o será un grupo más, tradicional, de los que existen por montones.
Cada vez es más difícil entender que terrenos ideológicos se pisan, son tiempos de confusión y oportunismo; aun así, los promotores del FAS tenemos que reivindicar lo mejor de la historia de la izquierda mexicana, así como sus valores esenciales que implican el interés colectivo sobre el particular y la austeridad como sello personal de los izquierdistas. El FAS debe resistirse a la tentación del pragmatismo y al canto de las sirenas.
Es obvio que el FAS nos dará más presencia y más fuerza. De eso se trata, de aumentar nuestras posibilidades en los resultados y tener una influencia significativa en la vida política de Veracruz. Al FAS concurriremos muchos perredistas, así como persona sin partido. No se trata de sacar a nadie, como tampoco meter, al partido del eclipsado sol azteca. No nacemos para coyuntura política alguna ni para hacer el trabajo del PRD. Que no será fácil avanzar lo tenemos claro, lo peor sería no hacer nada, cruzarnos de brazos o esperar a cachar un hueso.
urielfloresaguayo@hotmail.com
La crisis de los partidos políticos y la adversa realidad social para la mayoría de los veracruzanos nos llevan a pensar en otras formas de organización social y política. Como ha ocurrido siempre en Veracruz, el acceso a los programas sociales pasa por el filtro partidista y tiene un acento coorporativo y clientelar. Al ciudadano no se le ve como tal y con derechos sino como ser anónimo sujeto de favores. De esas actitudes del poder se puede desprender la conclusión de que, la mayoría de las veces, simulan en su contacto popular. En general los partidos en el estado no están trabajando en la gestión social; sin agenda social se ocupan, básicamente, en asuntos de autoconsumo; son una clase política ociosa y prescindible; no puedo decir que el PRI si hace gestoría puesto que se trata de una extensión gubernamental. En su tradicionalismo se parecen todos, es lo mismo el pinto que el colorado.
Quienes hacemos gestión social independiente del oficialismo no tenemos un espacio organizativo y de representación de alcance estatal, por lo que somos débiles y víctimas de la dispersión. Si queremos luchar con eficacia y hacernos oír tenemos que dar el paso hacia formas superiores y novedosas de coordinación social. En esa línea es que se está promoviendo la Constitución del Frente Amplio Social, lo cual tendrá lugar aproximadamente a finales de junio de este año. Es frente porque aglutinará a organizaciones, grupos, promotores, comités y demás expresiones de organización social; es amplio en la medida que sus actividades irán de la gestoría elemental hasta temas del conocimiento, pasando por asuntos de derechos humanos, ambientales y otros; y es social porque su prioridad será ese tipo de gestión sin condicionar alguna cuestión partidista.
El FAS será horizontal, respetará las formas de sus organizaciones y aspirará a llevar adelante una gestión social en sentido amplificado: peticiones básicas, proyectos productivos, promoción cultural, estudios y acciones ambientales y de género, cultura democrática, conocimiento y juventud, minorías, etc.. Se trata de darle una alternativa real a líderes sociales y a grupos tanto de pobladores del campo y la ciudad como a aquellos que se agrupan por género, edad y afinidad social o cultural. .
El trato con las autoridades puede ser normal y civilizado o áspero dependiendo de sus respuestas, digamos que se pondrán a prueba su voluntad y su carácter genuino. De todos modos Veracruz no es una Isla, habrá siempre el recurso de acudir a las instancias federales.
Ante la falta de democracia en los partidos y en las organizaciones sociales en FAS tiene que llevar a la práctica la democracia participativa; ubicando a sus integrantes como ciudadanos sujetos de derechos, con voz y voto, y como promotores democráticos. El FAS será distinto y alternativa o será un grupo más, tradicional, de los que existen por montones.
Cada vez es más difícil entender que terrenos ideológicos se pisan, son tiempos de confusión y oportunismo; aun así, los promotores del FAS tenemos que reivindicar lo mejor de la historia de la izquierda mexicana, así como sus valores esenciales que implican el interés colectivo sobre el particular y la austeridad como sello personal de los izquierdistas. El FAS debe resistirse a la tentación del pragmatismo y al canto de las sirenas.
Es obvio que el FAS nos dará más presencia y más fuerza. De eso se trata, de aumentar nuestras posibilidades en los resultados y tener una influencia significativa en la vida política de Veracruz. Al FAS concurriremos muchos perredistas, así como persona sin partido. No se trata de sacar a nadie, como tampoco meter, al partido del eclipsado sol azteca. No nacemos para coyuntura política alguna ni para hacer el trabajo del PRD. Que no será fácil avanzar lo tenemos claro, lo peor sería no hacer nada, cruzarnos de brazos o esperar a cachar un hueso.
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