Xalapa,Ver. 30 de sept. 2008
“Sólo está derrotado, aquél que ha dejado de luchar”
Manuel J. Clouthier
Mañana, se cumplen 19 años de la muerte de un gran político mexicano, de un hombre que soñó con un México mejor, de un hombre que luchó hasta su muerte, por la justicia y la democracia.
El primero de octubre de 1989, se apagó la vida de Manuel J. Clouthier, en un accidente automovilístico. Aunque se aceptó esa versión, la de un accidente, es decir, de un hecho fortuito ajeno a la voluntad de nadie, cundió la sospecha de un asesinato.
Con su muerte, se segó la vida de un hombre que vivió y luchó por los demás y que murió en la búsqueda valiente del bien común, con una determinación moral impresionante.
Un hombre que con su lenguaje florido, anecdótico, que con sus actitudes de irreverencia política ante el Status Quo de esa época del pasado reciente, supo despertar el coraje cívico de los mexicanos, esquivando el populismo fácil o la incitación a la violencia, y que lamentablemente no pudo ver en vida el fruto de su acción política
“No soy yo mis amigos -decía una y otra vez hasta la terquedad, con el tono que acostumbran los broncos del norte- son ustedes, somos todos juntos”. Era notorio el ánimo de convencer, de que no surgía un caudillo o un mesiánico, como muchos lo llamaron, era la voz de un hombre que desafió a la sociedad para redimir su sitio histórico.
La voz de Manuel Clouthier corrió las calles y las plazas, con la esperanza que ofrece la dignidad, con la fortaleza de quien abre el espíritu de la democracia. Su figura se perdía entre la gente a pesar de su corpulencia, sin embargo, su mensaje era inconfundible, matizado por la voz de un hombre barbado de discurso sencillo como la gente de la calle.
Maquío, como muchos lo llamaron, fue un luchador audaz, con arrojo suficiente para abrir un boquete al sistema político que le permitiera transitar hacia la democracia.
Decía: “habemos muchos mexicanos dispuestos al sacrificio por mejorar nuestra patria, la queremos hacer, además sin odios y sin violencias, y estamos dispuestos a ser víctimas de las injusticias”.
Su legado nos enseña que la libertad exige una entrega interminable, el pensamiento político comprometido con los más altos valores, con la sociedad y con cada ciudadano. Ésa es la condición indispensable para el ejercicio cívico que nos heredó Maquío.
En México hoy se respira todavía un aire de lucha, sobre decir que en la memoria de los mexicanos quedó marcada la pauta que dio Maquío, hacía la verdadera democracia, ésa que no logró ver concretada, pero que gracias a su paso por esta vida, dejó de manifiesto.
Manuel Clouthier, fue un hombre de valores, honesto e integro a cabalidad, que sostuvo que la conquista de la democracia, la justicia y la libertad, exigen esfuerzos permanentes y sacrificios constantes, de todos los mexicanos que aman a su patria.
Allá en el México de l987, al protestar como candidato presidencial del Partido Acción Nacional, señaló: "Nuestros compatriotas deberán, conjuntamente con nosotros, enseñarse a resistir y a desobedecer a los que en el abuso en el poder pretendan seguirlos oprimiendo…La resistencia activa, pero no violenta, a la que vamos a invitar, no pretenderá destruir a nuestros enemigos, sino hacerlos entender que la sociedad mexicana ya no admitirá más abusos…A mis contendientes de otros partidos, los invito a que de inmediato concertemos las siguientes acciones en favor de la democracia y el bien de México…el compromiso de no aceptar un triunfo dudoso, fruto de un proceso electoral poco transparente, manchado por la ilegalidad"…
Cuánta vigencia tiene las palabras de este hombre que despertó al Partido Acción Nacional, para recobrar una nueva energía, para seguir adelante con su brega de labores comprometidas y reales.
Y que de igual manera despertó a México entero, despertó a cada ciudadano hacia el sentido de responsabilidad con nuestra patria, a entender que México, no es propiedad de nadie, que México es la casa, es el hogar amplio de todos y cada uno de los mexicanos y las mexicanas y así, el país entero entró a esta lucha por la democracia, por el cambio político en nuestro país.
Los sueños, ideales y metas de "Maquío", poco a poco se han ido cristalizando. A partir de su lucha no hubo un solo paso atrás. Hoy, "Maquío" puede estar satisfecho, sobre todo en aquellas ideas que fueron centrales en su pensamiento, en aquellos propósitos que tenía para México y que tanto nos dejó como herencia.
Es cuanto, Diputada Presidenta.
“Sólo está derrotado, aquél que ha dejado de luchar”
Manuel J. Clouthier
Mañana, se cumplen 19 años de la muerte de un gran político mexicano, de un hombre que soñó con un México mejor, de un hombre que luchó hasta su muerte, por la justicia y la democracia.
El primero de octubre de 1989, se apagó la vida de Manuel J. Clouthier, en un accidente automovilístico. Aunque se aceptó esa versión, la de un accidente, es decir, de un hecho fortuito ajeno a la voluntad de nadie, cundió la sospecha de un asesinato.
Con su muerte, se segó la vida de un hombre que vivió y luchó por los demás y que murió en la búsqueda valiente del bien común, con una determinación moral impresionante.
Un hombre que con su lenguaje florido, anecdótico, que con sus actitudes de irreverencia política ante el Status Quo de esa época del pasado reciente, supo despertar el coraje cívico de los mexicanos, esquivando el populismo fácil o la incitación a la violencia, y que lamentablemente no pudo ver en vida el fruto de su acción política
“No soy yo mis amigos -decía una y otra vez hasta la terquedad, con el tono que acostumbran los broncos del norte- son ustedes, somos todos juntos”. Era notorio el ánimo de convencer, de que no surgía un caudillo o un mesiánico, como muchos lo llamaron, era la voz de un hombre que desafió a la sociedad para redimir su sitio histórico.
La voz de Manuel Clouthier corrió las calles y las plazas, con la esperanza que ofrece la dignidad, con la fortaleza de quien abre el espíritu de la democracia. Su figura se perdía entre la gente a pesar de su corpulencia, sin embargo, su mensaje era inconfundible, matizado por la voz de un hombre barbado de discurso sencillo como la gente de la calle.
Maquío, como muchos lo llamaron, fue un luchador audaz, con arrojo suficiente para abrir un boquete al sistema político que le permitiera transitar hacia la democracia.
Decía: “habemos muchos mexicanos dispuestos al sacrificio por mejorar nuestra patria, la queremos hacer, además sin odios y sin violencias, y estamos dispuestos a ser víctimas de las injusticias”.
Su legado nos enseña que la libertad exige una entrega interminable, el pensamiento político comprometido con los más altos valores, con la sociedad y con cada ciudadano. Ésa es la condición indispensable para el ejercicio cívico que nos heredó Maquío.
En México hoy se respira todavía un aire de lucha, sobre decir que en la memoria de los mexicanos quedó marcada la pauta que dio Maquío, hacía la verdadera democracia, ésa que no logró ver concretada, pero que gracias a su paso por esta vida, dejó de manifiesto.
Manuel Clouthier, fue un hombre de valores, honesto e integro a cabalidad, que sostuvo que la conquista de la democracia, la justicia y la libertad, exigen esfuerzos permanentes y sacrificios constantes, de todos los mexicanos que aman a su patria.
Allá en el México de l987, al protestar como candidato presidencial del Partido Acción Nacional, señaló: "Nuestros compatriotas deberán, conjuntamente con nosotros, enseñarse a resistir y a desobedecer a los que en el abuso en el poder pretendan seguirlos oprimiendo…La resistencia activa, pero no violenta, a la que vamos a invitar, no pretenderá destruir a nuestros enemigos, sino hacerlos entender que la sociedad mexicana ya no admitirá más abusos…A mis contendientes de otros partidos, los invito a que de inmediato concertemos las siguientes acciones en favor de la democracia y el bien de México…el compromiso de no aceptar un triunfo dudoso, fruto de un proceso electoral poco transparente, manchado por la ilegalidad"…
Cuánta vigencia tiene las palabras de este hombre que despertó al Partido Acción Nacional, para recobrar una nueva energía, para seguir adelante con su brega de labores comprometidas y reales.
Y que de igual manera despertó a México entero, despertó a cada ciudadano hacia el sentido de responsabilidad con nuestra patria, a entender que México, no es propiedad de nadie, que México es la casa, es el hogar amplio de todos y cada uno de los mexicanos y las mexicanas y así, el país entero entró a esta lucha por la democracia, por el cambio político en nuestro país.
Los sueños, ideales y metas de "Maquío", poco a poco se han ido cristalizando. A partir de su lucha no hubo un solo paso atrás. Hoy, "Maquío" puede estar satisfecho, sobre todo en aquellas ideas que fueron centrales en su pensamiento, en aquellos propósitos que tenía para México y que tanto nos dejó como herencia.
Es cuanto, Diputada Presidenta.
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