Orlando Segura Hervert.
Cada vez se aclara el enredo y probable mala fe con la que se criticó la donación de un riñón al padre del legislador José de Jesús Mancha Alarcón, caso en el que se dijo y acusó al representante popular de posible tráfico de influencia en el transplante que benefició el paciente Jesús Mancha Castro.
Los hechos ocurrieron la semana pasada en el hospital “Adolfo Ruiz Cortines” ubicado en Veracruz, perteneciente al Instituto Mexicano del Seguro Social, pero todo se está despejando, dado que el propio director del nosocomio, Arturo Navarrete Escobar, declaró que nadie puede violar el protocolo médico, mencionó que en los transplantes se rigen bajo la normatividad establecida por un Consejo Nacional que vigila y supervisa, ésta instancia fija el listado que por cierto nadie tiene acceso, salvo la instancia directiva que se maneja científicamente y no políticamente.
El criterio de selección es de carácter científico, compatibilidad y orden de lista. En el asunto muy sonado del Señor Jesús Mancha Castro, hubo cinco personas que previamente fueron citadas para ser preparadas clinicamente, así lo indican los cánones, ninguno de ellos ingresó al quirófano, salvo los dos que fueron escogidos conforme a elementos médicos.
Así las cosas, los familiares de Piedad Cruz Montero, quizás porque se sintieron agraviados al retirarla de la sala, presentaron una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, dirigida y presidida por Noemí Quirazco Hernández, y curiosamente, desde que ingresó el documento, filmaron a la que interpuso dicho recurso, posteriormente, la titular del organismo que se supone debe ser imparcial, declaró que investigaría el tráfico de influencia, toda vez que era un acto inmoral, sin siquiera escuchar a la contraparte.
Bajo éste contexto Pepe Mancha Alarcón, señala que se observa cierta mano negra, se quiere politizar un tema cuando no hay tela para hacerlo, corresponde al IMSS deslindar responsabilidades, tal y como ya lo hizo.
Con documentos, grabaciones y otros elementos, el legislador tuxpeño, concedió una entrevista para este medio y al respecto de este tema tan polémico, afirma que en el caso de su tutor no intervino para que le fuera otorgado el órgano, argumenta que el Señor Mancha Castro padece una enfermedad renal desde hace más de nueve años; hace algunos meses también lo llamaron para prepararlo y al final por cuestiones del reglamento, no lo pudieron intervenir.
El diputado Pepe, no quiere pensar mal, pero observa golpes bajos en torno a las acusaciones infundadas que han hecho de su persona, al sentarlo en el banquillo de los acusados, sin fundamento ni pruebas en la mano del posible tráfico de influencias. Concluyó : ¡No intervine, nada tengo que ver!
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