viernes, 3 de octubre de 2008

MIGUEL CAMÍN SE DESPIDE. NO MÁS EN VAXTUXPAN


Entrañables editores, les asiste la razón, incontrovertible, de que suyo es el blog y por tanto deciden quién escribe o no en él. Es el antediluviano y aun actual derecho a la propiedad privada. Aquí yo soy el metiche, el invitado al que se le puede, según se comporte en la fiesta, decir: ¡No más!, pidiéndole que se retire y cerrando la puerta a sus espaldas. ¡De mejores medios me han corrido a la chingada!
Donde difiero de ustedes es en el argumento, falso, de que han sido mis opiniones la causa de que uno de ustedes haya perdido el trabajo, o que algunos colaboradores se estén o se hayan alejado ya de sus páginas. Esa es mera conjetura; juicios de valor como los que yo emito y que ustedes juzgan inaceptables por su contenido explosivo e insultante.
Nada de lo que he escrito en su blog (ni aquellas líneas que me censuraron y las que ahora no han querido publicar) es materia de arrepentimiento para mí. Cada palabra expresada y dirigida al comportamiento público de los personajes conocidos –por prosaica, ofensiva que parezca— ha sido valorada en su justa significación y, perdonen, no encuentro otras que los pinte de cuerpo entero. Cuando yo llegué la gramática española ya estaba: un gato es un gato y un pendejo es un pendejo: en un gesto, en un dicho, en una acción. Que ustedes tengan una consideración lingüística distinta y una concepción moral conservadora no les otorga la primacía de imponer sus puntos de vista. ¿Dónde radica el aliento a la pluralidad y a la diversidad del que tanto han presumido a lo largo de este año de vida? ¿Será que el blog vaxtuxpan se encamina a ser un espacio donde algunos practiquen relaciones públicas y políticas con intereses muy personales, alejadísimos de los periodísticos?
Me duele irme del blog vaxtuxpan, pero aferrarse a un deseo, a un sentimiento o algún objeto no libera sino encadena. Me voy libre. Gracias, queridos editores. A mis lectores, hipócritas, les recomiendo leer La Biblia, en ninguna otra obra literaria encontrarán mejor descritas las miserias y grandezas del hombre.

Desde algún lugar de Tuxpan.

Miguel Camín

retratos1@gmail.com



Estimado señor editor:
Llamo su atención con el fin de expresar un breve comentario a ese manuscrito que aparece en forma de poema en la sección “LO DIGO, LO PIENSO, LO ESCRIBO”, y a su autora llamada Nina Salguero. Es una jalada, si me atengo a que hay descuidos evidentes de ligereza en la forma... y también en el contenido. Más que un poema creo es un ejercicio, válido por supuesto, pero ejercicio al fin, de esas actividades a que someten las loqueras a sus pacientes de género para catarsis en terapias grupales de mujeres engañadas. No es un poema, por favor, por más desnuda franqueza que la autora le imprima. Hay tres, o tal vez cuatro, frases que corren con mucha fortuna literaria, ejemplos: “mientras el arroz se coce (sic, ¿no será cuece?), soñamos con un par de zapatos nuevos” o “cabellos que huelen a ajo, cebolla y aceite quemado”, o esta otra: “¡Que (sic, ¿no será Qué?) rico te quedó el adobo!”. Aquí está lo explotable para un poema. Lo otro, mera cursilería para almas sensibleras fácilmente impresionables. Sólo le falta a Nina Salguero lo primordial: ponerse a trabajarlas, a pulirlas, sudar la gota gorda, y no andar tirando la güeva, la flojera como lo está siendo, publicando panfletos dramáticos de asuntos domésticos.
Un Saludo. Gracias.
Atte. Miguel Camín.




EL MUNDO DEL REVÉS

Erase un panista honesto y un priista honrado

Tanta alharaca ha escurrido en tinta en notas de prensa sobre la disputa de los comités municipal y regional campesino de la CNC, tanta como la que genera una bandada de loros en temporada de frutos en un huerto de naranjos. Tanto, para tanta pendejada. O no hay noticias, en Tuxpan, o los reporteros han vuelto a ser presa de la estupidez colectiva.
La única importancia que podemos extraer de esa querella política para ser materia de reportaje es que hay dos bandos de granujas jalando de un extremo y otro un pedazo de carne en descomposición, como es ahora la Confederación Nacional Campesina. En una esquina, hechos un ovillo de serpientes, Rubén Cruz Sagastume, Esperanza Cruz y un turulato venido de Tamiahua; en la otra: forjando un nudo de cochinos el alcalde Juan Ramón Gánem, Julio Reyes y Raúl Acosta. No puedo dejar de llamar –por el contenido de sus protagonistas— a esta lucha infructuosa una batalla por los despojos: a los campesinos les vale pito quién sea el actual o próximo dirigente, si tiempo hace que dejaron de ser pesos fuertes en la contabilidad electoral. Hay menos electores en el campo mexicano, y, los pocos que quedan con esposa y un chingo de crios, toman, tanto lo que les ofrece miserablemente un partido u otro. Al final votan por quien les dé su rechingada gana. A ellos, a esos campesinos jodidos les viene güango que sea Rubén Cruz quien a través de sus personeros los represente, pues no representa una chingada; o que sea el idiota de Julio Reyes, instrumento de venganza de otro destornillado como lo es el alcalde Juan Ramón Gánem.
Leo los encabezados y las columnas, y veo las fotos desplegadas en primeras planas, con declaraciones de los rufianes de uno u otro clan y me siento vivir en el reino de la babosada extrema. Pareciera que lo que está o estaba en juego era la titularidad de una institución poderosa. No, no se llamen a sorpresa, lo que está en la mesa de la contienda es un pedorro sector del PRI: baldado, cíclope, mudo y sifilítico. Quien tome en serio tales acontecimientos, pierde su tiempo como rascarse las pelotas.

APÉNDICE: Oportunista como una roña que no avisa y que se le reconoce por su aspecto sarnoso y mal olor, ha aparecido en la pasarela pública un tal Ricardo Gamboa Guerrero, cuyos galones, exhibidos por el mismo son, entre otros: asistente legislativo del diputado federal Iñigo Laviada.
Es un papanatas, si nos atenemos al papelón que ejerció como mandamás organizativo de la conferencia panista en torno de la reforma energética calderonista que tuvo como estrella al senador Bueno Torio. La CAGÓ –el tal Ricardo Gamboa con todo y su maestría en políticas públicas (tan devaluados andan los postgrados en México, por eso estamos en lugar reprobatorio en la OCDE) Le quitó la planeación y control a Lauro Zumaya –y este pendejo que se deja (puta regañada que le acomodó el diputado local José Mancha: “Ya vez pendejo, siempre hay un pendejo más” le dijo éste al dirigente municipal refiriéndose al pendejo de Ricardo Gamboa) y convirtió en un caos la presentación del senador Juan Bueno.
La hizo de todo: fue edecán, llegó temprano y barrió el salón, le pasó cepillo, cloro y maestro limpio a los sanitarios, dispuso los lugares, hizo suyo el micrófono en la ceremonia de apertura, trató de armar un mínimo de método en la conducción y cuando su jefe el diputado federal Laviada se disponía a dar cátedra de una dicción ejemplar en la exposición que power point ex profeso le confecciono él –el tal Ricardo Gamboa— mandó a tragar bocadillos y cafés al auditorio –siempre muerto de hambre— y su patrón Laviada (no el gober yucateco, sino éste) se quedó chiflando sólo, sólo, solititito en la loma del Plata y Rosa. No lo corrió, lo mantiene en su cargo, no por que Laviada Hernández sea magnánimo, sino por tonto. Las últimas noticias sobre el susodicho Ricardo Gamboa son que creó una organización llamada Vida y Famila, con la que camufla la repartición dadivosa de apoyos de bienes con fines electorales a mediano plazo a favor de su patrón el diputado federal que sueña con la corona de alcalde y a favor suyo pues también quiere ser diputado, ya mínimo regidor. ¡Ah! También apadrina solfistas de rancho con delirios de academia. El interés personalísimo, en Ricardo Gamboa, no conoce escrúpulos.

Miguel Camín

retratos1@gmail.com

1 comentario:

  1. Hay una máxima en el derecho que versa: El que acusa está obligado a probar. Señor "Camín", lo que usted afirma que es el Sr Gamboa no tiene ningún sustento, usted no lo ha tratado, nunca lo ha escuchado hablar sobre lo que quiere para Tuxpan. ni sobre el trabajo que realiza con el Diputado. Definitivamente no es correcto expresarse de alguien así por puro "estómago" en un medio de comunicación. Tampoco es válido poner en boca de terceros los adjetivos que le da al señor sin que sepamos su tan "especulada" identidad como para preguntárselo a las personas mencionadas.
    Lo invito a que trate de usar correctamente la libertad de expresión y no ha seguirla usando para denostar el nombre de las personas.
    Rocio Pineda Arnaz

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