miércoles, 7 de enero de 2009

COMENTARIO DE MIGUEL CAMÍN...




Estimados editores, la guerra es también una forma de hacer política, en otro terreno, el peor de todos.

Lo que sucede en la Franja de Gaza en Oriente Medio, con la incursión militar dominante de Israel debe ser motivo de condena por muy razonable –el derecho de un país a defenderse— que parezca a ojos de ciudadanos mexicanos bien intencionados –aunque no por ello acertados— como Fernando Morales.
Hamas es una organización terrorista infectada por dos de los tres grandes males de la humanidad: el fundamentalismo religioso y el fanatismo racial. Los gobiernos de Israel llevan décadas aplicando con impunidad diplomática un singular terrorismo de estado que tiene como principal enseña la exhibición soberbia de desdeñar las resoluciones internacionales que en su contra ha aprobado la ONU, bajo la sombra protectora de Washington.
En medio de estas dos formas, aparentemente diferentes, de terrorismo (el de Hamas y el del gobierno de Israel), están las víctimas: hombres y mujeres, niños, árabes y judíos todos, cuyo único pecado es estar en el corazón de una lucha de poder que no admite escrúpulos salvo los de defender los intereses regionales de una zona geográfica clave en el dominio del petróleo.

Miguel Camín

retratos1@gmail.com

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