viernes, 2 de enero de 2009

Dos anuncios provocaron discrepancias en torno al papel del Sindicato de Empleados Municipales.





Orlando Segura Hervert.
Rudeza innecesaria, falta de sensibilidad, otro frente que se abre y que no podrá ser cerrado tan fácilmente, un conflicto que se anuncia para el 2009, en el presente año el PRI tendrá que acudir a los sectores y se dará cuenta que muchos fueron lastimados en su orgullo y dignidad; así fue calificado la colocación de dos anuncios en los portones del Palacio Municipal, lo que implica que la guerra y los tambores están más que listos para sonar a la más mínima provocación.
El gobierno local, hizo publicar dos carteles, uno de ellos con falta de ortografía, pero en la que se nota la confrontación existente entre los trabajadores sindicalizados y las autoridades, lo que implica que la negociación del contrato colectivo estará lleno de pugnas, diatribas, tragos amargos con la posibilidad de que se vayan a huelga, así lo expresaron varias personas que fueron entrevistados por este medio y a los que les disgustó y desagradó el contenido de semejante letrero colocado el último día del 2008.
Algunos ciudadanos miraron el “espectáculo”, sonrieron y señalaron que en el 2009, lo más probable es que no haya aumento ni incremento salarial, lo que quiere decir que las conquistas salariales no arrojarán resultados positivos.
Uno de los directores expresó que lo único malo es que en los siguientes meses, los priistas tendrán que asistir con las organizaciones sindicales, les pedirán la confianza del voto, mismo que se deberá reflejar en la siguiente elección, pero, bajo este trato, con qué cara se pararán para solicitar el sufragio, lo más probable es que la clase trabajadora envié directamente al carajo al tricolor y sus acompañantes.
¿Qué hará Martín Cristóbal?, fue la pregunta inmediata, quien se dice que aspira a la diputación federal; tal vez por debajo del agua, ofrezca asesoría y algún manual de cómo defenderse ante el acoso, los golpes rudos, lanzados contra los asalariados.
En fin, el capítulo tiene muchas interpretaciones, pero lo mejor es no adelantarse, hay que esperar las reacciones directas ejercidas ante los tribunales, porque en varias ocasiones los trabajadores han señalado que no se han respetado varias cláusulas rubricadas entre las partes en el famoso y dichoso Contrato Colectivo de Trabajo.

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