
Por Uriel Flores Aguayo
urielfloresaguayo@hotmail.com
Por estar en la capital del estado se puede considerar al Parque Juárez como el principal del estado de Veracruz, por lo menos simbólicamente. Hasta diciembre del año pasado era atractivo para el paseo y el descanso, además de ser motivo de orgullo para los xalapeños; ahora, gracias a la indolencia de autoridades municipales y a la inconciencia de lidercillos inescrupuloso y ajenos a los intereses colectivos, cada vez más es una vergüenza para la ciudad y se ha venido transformando en un parque pueblerino, dicho con todo respeto para los poblados.
El estado actual del Parque Juárez simboliza el perfil y los alcances del gobierno municipal: inexperto, confuso, evasivo y débil. Es un parque sin ley, donde se puede hacer cualquier cosa, donde operan grupos clientelares bien protegidos por el partido oficial que, a su vez, es beneficiado por la falta de voluntad, política y de autoridad de un ayuntamiento que prefiere “nadar de a muertito”, es decir, dejar pasar y dejar hacer.
La vendimia tosca y repentina en el Parque Juárez es uno de esos problemas que surgen artificial o gratuitamente y que, después, van a traer otros problemas hasta volverse infinitos. Ahora ya se habla de una reubicación en el mismo parque, en alguna área que debería ser pública, con casetas pagadas del presupuesto municipal. Después, seguramente, irán escalando hasta llegar a una plaza del tipo de la “Clavijero”, que le costó a la ciudad más de veinte millones de pesos.
Ya se sabe que los líderes del comercio informal ganan bien, que encabezan grupos de presión y que sólo ven por sus intereses, manifestando, una y otra vez, su desprecio y su dolo contra la ciudadanía y el bien colectivo; lo curioso en este caso es que esos mismos líderes que explotan la necesidad de mucha gente y afectan espacios comunes estén incrustados en el gobierno municipal, siendo juez y parte y recibiendo premios a sus ofensas a la ciudad. Eso es patético y muestra de dónde está el candado para resolver un problema que encierra complicidades oficiales, ambiciones y desorden.
El PRI no es ajeno al problema del comercio informal, al contrario, los protege y les da impunidad, obteniendo de esos grupos a parte de su base social, así como a activistas en tiempos electorales. Finalmente, para el tricolor la ciudad vale gorro.
Ya sea en el Parque Juárez o en el resto de espacios públicos ahora privatizados por grupos con la complacencia de las autoridades municipales, para lo que sea, es fundamental que se mantengan los acuerdos de cabildo y los reglamentos correspondientes para que, en un futuro, cuando contemos con autoridades de verdad se apliquen y ayuden a que contemos con una ciudad para todos y que sea motivo de orgullo.
Se que la desinformación, el facilismo y la demagogia van a saltar ante esta posición alegando el tema del desempleo, de ser así, tengo argumentos para contestar en otra oportunidad. Lo importante, ahora, es tener conciencia de lo importante que significa el disfrute colectivo de los espacios públicos y el detener el deterioro y la degradación de toda banqueta o porque donde todos tenemos derecho a caminar. Es obvio que nadie llama a reprimir nada o a negar que se realicen actividades licitas, más bien se trata de ordenarlas y que estén supeditadas el interés general.
Recadito: Conferencia “La crisis económica mundial y sus repercusiones en México”, por Mario D’Constanzo, el martes 13 de enero, a las 18:00 horas, en la sala “Leonardo Pasquel”, de Xalapa.
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