Cancelados besos, saludos y apapachos por la influenza…

Orlando Segura Hervert.
En un recorrido realizado éste domingo por este medio a la Jurisdicción Sanitaria Número Dos, no se encontró ningún letrero, ningún aviso, nada referente a los efectos, programas, alertas, síntomas de la influenza, el personal nos recibió muy amablemente y al preguntarle por el Dr. Antonio Arguello Morales, titular de la dependencia referida, señalaron que no acudiría a dichas instalaciones, en el momento en que éste reportero se identificó, los empleados expresaron que el funcionario en cuestión, llegaría unos minutos más tarde, para atender las disposiciones dictadas como alertas preventivas, en torno a la pandemia que está afectando a algunos estados de la república mexicana.
El tema más comentado en el café, los restaurantes, los hogares, el mercado, es el relacionado con los efectos de la influenza, las referencias van de boca en boca, algunos mencionan cifras proporcionadas por las autoridades de salud de nivel federal, los ciudadanos están recomendando cancelar por lo menos durante las dos semanas restantes, los besos, abrazos, apapachos y caricias cariñosas que se dan los amantes, los hijos con los padres, los matrimonios o quienes se encuentran en la calle por casualidad y se demuestran sus afectos de forma tradicional.
Diversas empresas ya están aplicando los respectivos cuestionarios en el que se les cuestiona a los pasajeros si sufren de gripa, entre otros, por ejemplo el ADO, está tomando las respectivas precauciones con la epidemia que se puede convertir en pandemia, las instituciones bancarias también les están insistiendo en que tomen las medidas necesarias con sus empleados, les insisten en que si alguien presenta temperatura arriba de los 39 grados, comienza a toser continuamente, se queden en sus casas.
Los amantes del futbol, externaron que se veía y escuchaban diferentes la transmisión de los partidos, varios encuentros se efectuaron sin público, los comensales, opinaban en torno a los múltiples efectos de la influenza, por lo pronto, los encuentros deportivos se notaban muy raros, los aficionados no estaban en las tribunas, contemplaron el mundo de las patadas desde una pantalla de televisor.