Por RICARDO GAMBOA GUERRERO*
Cel: 044783-104-6588
rgamboagmx@hotmail.com
Este domingo día de la “Santa Cruz” comienzan las campañas electorales con miras a obtener las diputaciones federales que compondrán la LXI legislatura del Congreso de la Unión. En términos generales los candidatos y sus respectivos equipos se reportan más que listos y preparados para buscar obtener una de las 300 curules mediante las candidaturas uninominales.
Las estrategias están bien definidas y las propuestas, promesas de campaña y demás componentes están esperando la llegada de los famosos “tiempos electorales”. Entre estos “detalles” finos de las estrategias, también encontramos golpes bajos, ataques y demás argumentos negativos que permitan denigrar la imagen de un candidato determinado con la finalidad de mermar su imagen y por ende, sumarle puntos a quien lo desenmascaro.
No cabe duda de que ésta última estrategia no es más que una muestra más de que la “falacia de la composición” también aplica dentro de los procesos electorales, ya que estas consisten en concluir que una propiedad compartida por un número de cosas en particular, también es compartida por la suma de esos entes; o que la propiedad de las partes de un objeto debe ser también una propiedad del objeto entero.
En otras palabras, si el equipo de campaña del candidato “X” considera que atacar la imagen del candidato “Y” le va a permitir mejorar la imagen de “X” a expensas de la de “Y”, no aplica solo en la mente del equipo del candidato “X” sino también en la mente del equipo del candidato “Y”, teniendo como resultado final de que no solo se merma la imagen de ambos candidatos, sino que también se fomenta el abstencionismo al existir poca credibilidad y mucho desencanto por parte del electorado. Este ejemplo nos demuestra que los golpes bajos lo único que consiguen hacer es desincentivar el voto y alejar a la sociedad de las campañas electorales.
Por el contrario, si existieran únicamente propuestas por parte de ambos candidatos, no sólo se demostraría mayor civilidad ante la sociedad, sino que incluso podría generarse mayor involucramiento por parte de esta.
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rgamboagmx@hotmail.com
Este domingo día de la “Santa Cruz” comienzan las campañas electorales con miras a obtener las diputaciones federales que compondrán la LXI legislatura del Congreso de la Unión. En términos generales los candidatos y sus respectivos equipos se reportan más que listos y preparados para buscar obtener una de las 300 curules mediante las candidaturas uninominales.
Las estrategias están bien definidas y las propuestas, promesas de campaña y demás componentes están esperando la llegada de los famosos “tiempos electorales”. Entre estos “detalles” finos de las estrategias, también encontramos golpes bajos, ataques y demás argumentos negativos que permitan denigrar la imagen de un candidato determinado con la finalidad de mermar su imagen y por ende, sumarle puntos a quien lo desenmascaro.
No cabe duda de que ésta última estrategia no es más que una muestra más de que la “falacia de la composición” también aplica dentro de los procesos electorales, ya que estas consisten en concluir que una propiedad compartida por un número de cosas en particular, también es compartida por la suma de esos entes; o que la propiedad de las partes de un objeto debe ser también una propiedad del objeto entero.
En otras palabras, si el equipo de campaña del candidato “X” considera que atacar la imagen del candidato “Y” le va a permitir mejorar la imagen de “X” a expensas de la de “Y”, no aplica solo en la mente del equipo del candidato “X” sino también en la mente del equipo del candidato “Y”, teniendo como resultado final de que no solo se merma la imagen de ambos candidatos, sino que también se fomenta el abstencionismo al existir poca credibilidad y mucho desencanto por parte del electorado. Este ejemplo nos demuestra que los golpes bajos lo único que consiguen hacer es desincentivar el voto y alejar a la sociedad de las campañas electorales.
Por el contrario, si existieran únicamente propuestas por parte de ambos candidatos, no sólo se demostraría mayor civilidad ante la sociedad, sino que incluso podría generarse mayor involucramiento por parte de esta.
*Licenciado en Derecho por la UV, Maestría en Políticas Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
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