POR: PATRICIO GONZALEZ QUINTANILLA
patgq52@gmail.com
Quedaron atrás los esfuerzos que México realizo a principios del siglo XX como país pionero de la aviación, cuando el gobierno de Venustiano Carranza en 1915 inaugurara los “Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas” y la Escuela Nacional de Aviación, con el objetivo de conformar una industria aérea nacional que respondiera a los nuevos retos que presentaba la guerra moderna y potenciara, así mismo, las capacidades de comunicación y de reconocimiento del Ejercito Federal.
Tras una breve etapa de construcción de aviones que duraría hasta 1923, con series de aviones como el “Ehecatl” y el “Avío Anahuac”, los Talleres Nacionales atendieron posteriormente solo actividades de reparación y mantenimiento de aeronaves militares adquiridas en el exterior, sepultando una incipiente y estratégica industria clave para el desarrollo tecnológico del país.
A partir de entonces, solo se desarrolla con éxito la aviación civil, su infraestructura aeroportuaria, las bases de mantenimiento y el control del espacio aéreo, pero salvo el ensamble ocasional de aviones y helicópteros ligeros con “kits” importados , el país no volvería a construir aviones hasta esta fecha.
Afortunadamente para México, a partir de 1995 y con la firma del TLC, diversas empresas de aeropartes comienzan a instalarse como maquiladoras en varios estados del norte del país, destacándose Sonora, Chihuahua y Baja California.
De igual manera se instalan en el centro de México las primeras empresas de Mantenimiento, Reparación y Overhaul (MRO) para células, motores de aviación y turbinas, con talleres ubicados en el D.F., y los estados de México y Querétaro.
Al inicio del gobierno de Vicente Fox estaban establecidas en el país aproximadamente 40 empresas aeroespaciales. Cabe destacar los estímulos especiales que por parte del gobierno federal y las entidades federativas se proporcionan a esta actividad a partir de entonces.
Finalmente, al sector aeroespacial se le trata como una industria estratégica, en materia de aportación tecnológica, de generación de técnicas de manufactura de alto valor agregado, del uso de materiales compuestos, de promotora de investigación para nuevos desarrollos y de capacitación de alto nivel con altas perspectivas de ingreso para sus empleados.
El crecimiento en el número de empresas y el comercio internacional que genera la actividad rebasan por mucho el de otros sectores industriales.
En los últimos ocho años y hasta finales de 2008, se ha pasado de 40 a 194 empresas instaladas, con un valor de exportaciones que crece de 1,266 millones de dólares en 2002 a 3,400 millones en 2008, siendo favorable la balanza comercial del sector en un 40 porciento. La industria da empleo a 27,000 personas actualmente
El 79 porciento de las empresas corresponden a manufactura y ensamblaje, el 10 porciento a empresas de servicios e I&D; y el 11 porciento a MRO. Se distribuyen en 15 estados, como sigue: Baja California-51, Sonora-32, Chihuahua-25, Nuevo León-24, Querétaro-12, Tamaulipas-11, el DF- 7, Coahuila-6, Edo. de México-5, Jalisco-5, San Luis Potosí-6, Puebla-3, Yucatán-3, Aguascalientes-2, Zacatecas-1 y Guerrero-1
A pesar de la actual crisis económica, se anuncian a principios de 2009 nuevas inversiones por las compañías Cessna, Bell Helicopters y Eurocopter, y se espera conservar un crecimiento sostenido del sector de entre 15 y 20 porciento anual. El sector se expande gracias a una agresiva campaña de promoción por parte de la Secretaria de Economía, Pro-México y los gobiernos estatales, que incluyen atractivos incentivos fiscales, mano de obra calificada, donación de terrenos, soporte de infraestructuras de comunicaciones y capacitación laboral, etc.
Uno de los elementos mas importantes en este contexto lo integran las empresas que desarrollan Investigación y Desarrollo (I&D), tales como el Centro Tecnológico de de Turbinas de General Electric (GE) e Industria de Turborreactores (ITR), en Querétaro.
También se consolidan los centros de formación aeronáutica del Instituto Politécnico Nacional, de la Universidad de Nuevo León, el Centro de investigación aeroespacial de Baja California y la nueva Universidad Nacional Aeronáutica de Querétaro. (UNAQ), esta ultima auspiciada por la empresa Bombardier Canadá y el gobierno del estado para formar sus futuros cuadros de manufactura, en un plan a 10 años para iniciar el ensamble de aeronaves completas.
Los estados compiten por crear “clusters” aeroespaciales en su territorio, que incluyan parque industrial, infraestructura aeroportuaria, centros de capacitación laboral y centros de investigación y desarrollo. Actualmente el más completo es el de Querétaro, aunque se trabaja fuertemente en los de Nuevo León y Baja California.
En los próximos años se apreciaran notables avances que posicionaran a México en el lugar que le corresponde en esta industria, tras casi un siglo de un estancamiento incomprensible.
FUENTES: SE-DGIPAT, FEMIA, ITR, GE, INVESTIGACION PROPIA. PGQ-IV-2009
Quedaron atrás los esfuerzos que México realizo a principios del siglo XX como país pionero de la aviación, cuando el gobierno de Venustiano Carranza en 1915 inaugurara los “Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas” y la Escuela Nacional de Aviación, con el objetivo de conformar una industria aérea nacional que respondiera a los nuevos retos que presentaba la guerra moderna y potenciara, así mismo, las capacidades de comunicación y de reconocimiento del Ejercito Federal.
Tras una breve etapa de construcción de aviones que duraría hasta 1923, con series de aviones como el “Ehecatl” y el “Avío Anahuac”, los Talleres Nacionales atendieron posteriormente solo actividades de reparación y mantenimiento de aeronaves militares adquiridas en el exterior, sepultando una incipiente y estratégica industria clave para el desarrollo tecnológico del país.
A partir de entonces, solo se desarrolla con éxito la aviación civil, su infraestructura aeroportuaria, las bases de mantenimiento y el control del espacio aéreo, pero salvo el ensamble ocasional de aviones y helicópteros ligeros con “kits” importados , el país no volvería a construir aviones hasta esta fecha.
Afortunadamente para México, a partir de 1995 y con la firma del TLC, diversas empresas de aeropartes comienzan a instalarse como maquiladoras en varios estados del norte del país, destacándose Sonora, Chihuahua y Baja California.
De igual manera se instalan en el centro de México las primeras empresas de Mantenimiento, Reparación y Overhaul (MRO) para células, motores de aviación y turbinas, con talleres ubicados en el D.F., y los estados de México y Querétaro.
Al inicio del gobierno de Vicente Fox estaban establecidas en el país aproximadamente 40 empresas aeroespaciales. Cabe destacar los estímulos especiales que por parte del gobierno federal y las entidades federativas se proporcionan a esta actividad a partir de entonces.
Finalmente, al sector aeroespacial se le trata como una industria estratégica, en materia de aportación tecnológica, de generación de técnicas de manufactura de alto valor agregado, del uso de materiales compuestos, de promotora de investigación para nuevos desarrollos y de capacitación de alto nivel con altas perspectivas de ingreso para sus empleados.
El crecimiento en el número de empresas y el comercio internacional que genera la actividad rebasan por mucho el de otros sectores industriales.
En los últimos ocho años y hasta finales de 2008, se ha pasado de 40 a 194 empresas instaladas, con un valor de exportaciones que crece de 1,266 millones de dólares en 2002 a 3,400 millones en 2008, siendo favorable la balanza comercial del sector en un 40 porciento. La industria da empleo a 27,000 personas actualmente
El 79 porciento de las empresas corresponden a manufactura y ensamblaje, el 10 porciento a empresas de servicios e I&D; y el 11 porciento a MRO. Se distribuyen en 15 estados, como sigue: Baja California-51, Sonora-32, Chihuahua-25, Nuevo León-24, Querétaro-12, Tamaulipas-11, el DF- 7, Coahuila-6, Edo. de México-5, Jalisco-5, San Luis Potosí-6, Puebla-3, Yucatán-3, Aguascalientes-2, Zacatecas-1 y Guerrero-1
A pesar de la actual crisis económica, se anuncian a principios de 2009 nuevas inversiones por las compañías Cessna, Bell Helicopters y Eurocopter, y se espera conservar un crecimiento sostenido del sector de entre 15 y 20 porciento anual. El sector se expande gracias a una agresiva campaña de promoción por parte de la Secretaria de Economía, Pro-México y los gobiernos estatales, que incluyen atractivos incentivos fiscales, mano de obra calificada, donación de terrenos, soporte de infraestructuras de comunicaciones y capacitación laboral, etc.
Uno de los elementos mas importantes en este contexto lo integran las empresas que desarrollan Investigación y Desarrollo (I&D), tales como el Centro Tecnológico de de Turbinas de General Electric (GE) e Industria de Turborreactores (ITR), en Querétaro.
También se consolidan los centros de formación aeronáutica del Instituto Politécnico Nacional, de la Universidad de Nuevo León, el Centro de investigación aeroespacial de Baja California y la nueva Universidad Nacional Aeronáutica de Querétaro. (UNAQ), esta ultima auspiciada por la empresa Bombardier Canadá y el gobierno del estado para formar sus futuros cuadros de manufactura, en un plan a 10 años para iniciar el ensamble de aeronaves completas.
Los estados compiten por crear “clusters” aeroespaciales en su territorio, que incluyan parque industrial, infraestructura aeroportuaria, centros de capacitación laboral y centros de investigación y desarrollo. Actualmente el más completo es el de Querétaro, aunque se trabaja fuertemente en los de Nuevo León y Baja California.
En los próximos años se apreciaran notables avances que posicionaran a México en el lugar que le corresponde en esta industria, tras casi un siglo de un estancamiento incomprensible.
FUENTES: SE-DGIPAT, FEMIA, ITR, GE, INVESTIGACION PROPIA. PGQ-IV-2009
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