Por Uriel Flores Aguayo
No es demócrata, no es legalista, no es legítimo, no es cumplidor, quién sabe si sea presidente, no es federalista pero, ahora resulta, que Calderón es valiente, según la estrategia publicitaria del gobierno federal, que decidió distinguir ese supuesto atributo sobre cualquier otro. Según los “pinos” Calderón es valiente por cumplir –mal- con sus obligaciones y a pesar de que su aspecto físico no ayuda a esa caracterización insisten en presentarlo como “machito”.
En la campaña electoral a punto de cerrarse el PAN centró sus mensajes en la figura presidencial, reivindicando su supuesto coraje y llamando a apoyarlo, además con intentos de espantarnos con el “petate del muerto”. Al fin que son de derecha los blanquiazules nos han saturado con los temas de violencia, drogas e inseguridad en general. Es tal su ineptitud que han reducido su oferta electoral a esos asuntos. Sin embargo, tienen fallas notables, como cuando critican al pasado sin reparar que, en él, también está Fox, o como cuando hablaron de la corrupción policial tocando a los Jefes actuales que son los mismos del sexenio anterior. No se olvide que el actual procurador fue el secretario de seguridad más reciente y que, quien ocupa este cargo fue el titular de la AFI. Son los mismos que llevan ya unos nueve años al frente de los organismos de combate a la delincuencia organizada sin resultados importantes.
Para el panismo los mexicanos nos dividimos en buenos y malos, ellos son los buenos y los demás, los malos. O estás con Calderón o estás con el crimen. Tal maniqueísmo y pobreza intelectual debería pararnos los cabellos de punta y llevarnos a castigarlos con el voto. México necesita y merece mucho más que ese gobierno de mochos, mediocres y retrógradas.
Cuando se dice que Calderón es valiente se está afirmando algo innecesario y equivocado, que si bien puede provocar risa o llanto igualmente desvanece cualquier otro de sus atributos, si los tuviera. ¿Es más valiente que sensible, honesto, trabajador o inteligente?. Sus publicistas y estrategas deberían responder a los cuestionamientos sobre el porqué, el cómo y el cuándo es valiente. Será porqué estábamos en los límites del estado fallido y, por lo tanto, en situación de sobrevivencia, o porqué era un recurso fácil ante su origen ilegitimo. No ha de ser muy difícil ser valiente custodiado por miles de integrantes del estado mayor presidencial.
A mi modo de ver los valientes de verdad son los soldados y los policías que están haciendo frente a los despiadados y masivos ejércitos del narcotráfico. Ellos sí exponen su vida, no siempre en las mejores condiciones profesionales y con fallas obvias en las estrategias de seguridad; por ejemplo, la falta de un sistema eficaz de inteligencia, hoy en manos del encuestador preferido de Calderón. Al respecto vale cuestionar el porqué no han podido aprehender a los máximos jefes de los cárteles mexicanos.
Se ofende al elemento de seguridad que se juegue la vida y al ciudadano común que vive en la incertidumbre cuando se elogia falsamente a Calderón llamándolo valiente. De esos valientes se llenaban las películas de charritos de antes, en blanco y negro.
Recadito: Empieza los preparativos para celebrar los primeros 20 años del MOPI.
En la campaña electoral a punto de cerrarse el PAN centró sus mensajes en la figura presidencial, reivindicando su supuesto coraje y llamando a apoyarlo, además con intentos de espantarnos con el “petate del muerto”. Al fin que son de derecha los blanquiazules nos han saturado con los temas de violencia, drogas e inseguridad en general. Es tal su ineptitud que han reducido su oferta electoral a esos asuntos. Sin embargo, tienen fallas notables, como cuando critican al pasado sin reparar que, en él, también está Fox, o como cuando hablaron de la corrupción policial tocando a los Jefes actuales que son los mismos del sexenio anterior. No se olvide que el actual procurador fue el secretario de seguridad más reciente y que, quien ocupa este cargo fue el titular de la AFI. Son los mismos que llevan ya unos nueve años al frente de los organismos de combate a la delincuencia organizada sin resultados importantes.
Para el panismo los mexicanos nos dividimos en buenos y malos, ellos son los buenos y los demás, los malos. O estás con Calderón o estás con el crimen. Tal maniqueísmo y pobreza intelectual debería pararnos los cabellos de punta y llevarnos a castigarlos con el voto. México necesita y merece mucho más que ese gobierno de mochos, mediocres y retrógradas.
Cuando se dice que Calderón es valiente se está afirmando algo innecesario y equivocado, que si bien puede provocar risa o llanto igualmente desvanece cualquier otro de sus atributos, si los tuviera. ¿Es más valiente que sensible, honesto, trabajador o inteligente?. Sus publicistas y estrategas deberían responder a los cuestionamientos sobre el porqué, el cómo y el cuándo es valiente. Será porqué estábamos en los límites del estado fallido y, por lo tanto, en situación de sobrevivencia, o porqué era un recurso fácil ante su origen ilegitimo. No ha de ser muy difícil ser valiente custodiado por miles de integrantes del estado mayor presidencial.
A mi modo de ver los valientes de verdad son los soldados y los policías que están haciendo frente a los despiadados y masivos ejércitos del narcotráfico. Ellos sí exponen su vida, no siempre en las mejores condiciones profesionales y con fallas obvias en las estrategias de seguridad; por ejemplo, la falta de un sistema eficaz de inteligencia, hoy en manos del encuestador preferido de Calderón. Al respecto vale cuestionar el porqué no han podido aprehender a los máximos jefes de los cárteles mexicanos.
Se ofende al elemento de seguridad que se juegue la vida y al ciudadano común que vive en la incertidumbre cuando se elogia falsamente a Calderón llamándolo valiente. De esos valientes se llenaban las películas de charritos de antes, en blanco y negro.
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