Por: Patricio Gonzalez Quintanilla
patgq52@gmail.com
Ante el negativo panorama económico que enfrenta Venezuela y su “gobierno Bolivariano” durante 2009, el presidente Hugo Chávez esta de alguna manera presionando, mediante declaraciones indirectas, a los países miembros del Acuerdo que conforma Petrocaribe para modificar las clausulas originales de condiciones preferenciales para la venta de hidrocarburos por parte de Petróleos de Venezuela (PDVSA) a los socios del Acuerdo.
Petrocaribe, establecido en el año de 2005 como un sustituto al Acuerdo de San José con los objetivos de promover el desarrollo de la industria de refinación y petroquímica en la región y el de procurar hidrocarburos en condiciones especiales a la comunidad de naciones caribeñas y centroamericanas, esta conformado actualmente por 18 naciones, como sigue:
Antigua y Barbuda, Bahamas, Cuba, Dominica, Rep. Dominicana, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Kitts y Nevis, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucia, Surinam, Venezuela, Guatemala, Belice, Honduras y Nicaragua.
Las condiciones originales del Acuerdo de Petrocaribe, publicadas en la pagina oficial de PDVSA, establecen el financiamiento por parte de PDVSA del 5 al 50 por ciento de la facturación tomando como base el precio de mercado de hidrocarburos, y el resto a pagarse a un plazo de 25 años (con 2 años de gracia) a una tasa de interés del 1 por ciento si el petróleo rebasa los 40 dólares por barril.
El porcentaje de pago a corto plazo, normalmente del 60 por ciento, puede variar conforme fluctúan los precios internacionales del petróleo, tendiendo a ser menor, hasta el 50 porciento, si estos se incrementan.
Tras las ultimas declaraciones de Chávez en Junio pasado, con motivo de la ultima reunión de Petrocaribe, en las cuales afirmo que no serian modificadas las clausulas originales del Acuerdo, diversas fuentes venezolanas incluida PDVSA extraoficialmente informaban a los países miembros que se estaba solicitando el diferir para su pago menores porcentajes a los acordados y obviamente un aumento en el pago a corto plazo por petróleo.
Esta situación obligo al presidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, negociador oficial de la Comunidad Caribeña (CARICOM) con Venezuela, a realizar gestiones de alto nivel para aclarar la situación, la cual es incierta aun. En un momento dado de emergencia económica en este país, las acciones que se tomen al respecto podrían revertirse contra el propio gobierno de Chávez.
Es evidente el impacto que sobre las economías de la región tendría una modificación al acuerdo original, pero también es realista y obligado el considerar una clausula de revisión periódica del mismo, como seria el caso, bajo condiciones normales, en cualquier tipo de acuerdo o contrato mercantil, y con mayor razón si se trata de un acuerdo internacional con una multitud de naciones.
Se reconoce a Venezuela el enorme esfuerzo económico que realiza en materia energética para con la comunidad caribeña y centroamericana, pero tratándose de un acuerdo que persigue fines políticos y de hegemonía regional a costa del bienestar de su propio pueblo, malbaratando un recurso no renovable, es francamente ominoso. Recuérdese como ejemplo la deuda petrolera que por 400 millones de dólares tiene Cuba con México desde hace más de una década y que cada vez será más difícil recuperar.
FUENTES: PDVSA, PETROCARIBE, INVESTIGACION PROPIA. PGQ-VIII-2009.
Ante el negativo panorama económico que enfrenta Venezuela y su “gobierno Bolivariano” durante 2009, el presidente Hugo Chávez esta de alguna manera presionando, mediante declaraciones indirectas, a los países miembros del Acuerdo que conforma Petrocaribe para modificar las clausulas originales de condiciones preferenciales para la venta de hidrocarburos por parte de Petróleos de Venezuela (PDVSA) a los socios del Acuerdo.
Petrocaribe, establecido en el año de 2005 como un sustituto al Acuerdo de San José con los objetivos de promover el desarrollo de la industria de refinación y petroquímica en la región y el de procurar hidrocarburos en condiciones especiales a la comunidad de naciones caribeñas y centroamericanas, esta conformado actualmente por 18 naciones, como sigue:
Antigua y Barbuda, Bahamas, Cuba, Dominica, Rep. Dominicana, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Kitts y Nevis, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucia, Surinam, Venezuela, Guatemala, Belice, Honduras y Nicaragua.
Las condiciones originales del Acuerdo de Petrocaribe, publicadas en la pagina oficial de PDVSA, establecen el financiamiento por parte de PDVSA del 5 al 50 por ciento de la facturación tomando como base el precio de mercado de hidrocarburos, y el resto a pagarse a un plazo de 25 años (con 2 años de gracia) a una tasa de interés del 1 por ciento si el petróleo rebasa los 40 dólares por barril.
El porcentaje de pago a corto plazo, normalmente del 60 por ciento, puede variar conforme fluctúan los precios internacionales del petróleo, tendiendo a ser menor, hasta el 50 porciento, si estos se incrementan.
Tras las ultimas declaraciones de Chávez en Junio pasado, con motivo de la ultima reunión de Petrocaribe, en las cuales afirmo que no serian modificadas las clausulas originales del Acuerdo, diversas fuentes venezolanas incluida PDVSA extraoficialmente informaban a los países miembros que se estaba solicitando el diferir para su pago menores porcentajes a los acordados y obviamente un aumento en el pago a corto plazo por petróleo.
Esta situación obligo al presidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, negociador oficial de la Comunidad Caribeña (CARICOM) con Venezuela, a realizar gestiones de alto nivel para aclarar la situación, la cual es incierta aun. En un momento dado de emergencia económica en este país, las acciones que se tomen al respecto podrían revertirse contra el propio gobierno de Chávez.
Es evidente el impacto que sobre las economías de la región tendría una modificación al acuerdo original, pero también es realista y obligado el considerar una clausula de revisión periódica del mismo, como seria el caso, bajo condiciones normales, en cualquier tipo de acuerdo o contrato mercantil, y con mayor razón si se trata de un acuerdo internacional con una multitud de naciones.
Se reconoce a Venezuela el enorme esfuerzo económico que realiza en materia energética para con la comunidad caribeña y centroamericana, pero tratándose de un acuerdo que persigue fines políticos y de hegemonía regional a costa del bienestar de su propio pueblo, malbaratando un recurso no renovable, es francamente ominoso. Recuérdese como ejemplo la deuda petrolera que por 400 millones de dólares tiene Cuba con México desde hace más de una década y que cada vez será más difícil recuperar.
FUENTES: PDVSA, PETROCARIBE, INVESTIGACION PROPIA. PGQ-VIII-2009.
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