Aproximadamente a las 11 de la mañana, personal de Tránsito Municipal, acompañado de una patrulla y una grúa, arribaron a la calle Insurgentes en la colonia Murillo Vidal y Hernández Ochoa, ahí conminaron, a los automovilistas y a los conductores de unidades pesadas, para que procedieran a quitar los carros, camiones y pipas, que estaban estacionados en ambas aceras, los propietarios de los automotores, a regañadientes comenzaron a movilizarlos hacia otros puntos.
La medida ha sido criticada por unos y avalada por los menos, varios entrevistados, aseguraron que no hay donde pararse y además, no ofrecen alternativas viales, lo que ocasiona irritación, aunque los agentes de tránsito, hasta ahorita se han comportado decentemente, porque solo transitan, dan indicaciones, y en casos extremos es cuando levantan los coches y se los llevan al corralón, pero primero, aplican el llamado preventivo y si los choferes no obedecen, entonces es cuando instrumentan las infracciones.
Casi al medio día, la avenida en cuestión lucía semidespejada, pero para lograr dicho propósito, fue necesario la presión y el método coercitivo por parte de la Dirección de Tránsito Municipal, inmediatamente, al oír el megáfono, comenzaron a aparecer los choferes quienes saludaron a los elementos del orden y se quitaron de los lugares prohibidos, solo así, el ciudadano entendió que en dicha arteria se requiere de disciplina para no afectar la circulación vehicular.
En la zona centro, la situación es más crítica, porque las calles están muy estrechas, muy pequeñas, fueron diseñadas cuando no había mucha fluidez de automóviles, en aquella época no previeron que la ciudad y puerto de Tuxpan iba a crecer y ahora se están pagando los costos de la falta de planeación de las generaciones anteriores. No hay estacionamientos públicos ni privados.
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