jueves, 4 de febrero de 2010

Con el Acuerdo de Copenhague se alcanzarán 3°C, denuncia Greenpeace



Debido a que los países que apoyan el Acuerdo de Copenhague no presentaron compromisos de reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que fueran suficientemente ambiciosos para detener los efectos del cambio climático, este instrumento ha mostrado su incapacidad para detener el cambio climático, señaló Greenpeace.

El Acuerdo de Copenhague, que no tiene un carácter legalmente vinculante, fue elaborado en diciembre pasado durante la Cumbre del Clima en Dinamarca, ante la imposibilidad de los países de ponerse de acuerdo para alcanzar un tratado del clima justo, ambicioso y obligatorio.

El 31 de enero se venció el plazo estipulado para que los países presentaran sus compromisos de reducción de emisiones y planes con acciones efectivas que mantengan el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados, a fin de evitar peores impactos del calentamiento global (1). Esta fecha representaba el plazo más inmediato y el primer paso establecido en dicho acuerdo para que los países comenzaran a tomar acciones efectivas para reducir el calentamiento global.

“El acuerdo de Copenhague no es más que una débil declaración política. El plazo del 31 de enero no fue más que un vil ejercicio publicitario para permitirle a estos países reciclar sus compromisos existentes y hacerlos pasar por acciones efectivas. Es un intento de maquillaje verde para presentar a la cumbre de Copenhague como un éxito. Es claro que este acuerdo no puede sustituir a un tratado del clima que sea justo, ambicioso y legalmente obligatorio, el cual han demandado millones de personas preocupadas por el cambio climático o que ya están siendo afectadas por este fenómeno”, afirmó Héctor Magallón, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace.

En vista de los compromisos presentados el 31 de enero - donde China e India entregaron planes, pero no apoyaron explícitamente el acuerdo de Copenhague; y Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron recortes de hasta 20 por ciento pero que calcularon de distintas maneras - queda demostrado que el Acuerdo no es un mecanismo efectivo para impulsar a los países con mayores emisiones de GEI a reducirlas más allá de lo que ya se habían comprometido antes de la creación de este instrumento.

Los compromisos actuales hechos por los países industrializados representan apenas una reducción de entre 11 y 19 por ciento de sus emisiones de GEI. Si además se toma en cuenta que, como se ha propuesto, estas reducciones se podrían hacer mediante la compra de créditos forestales de carbono (pagar por evitar deforestación) la reducción real de las emisiones de GEI provenientes de la quema de combustibles fósiles, puede ser aún menor.

En claro contraste, la República de las Islas Marshal, una de las naciones insulares del océano Pacífico, se ha comprometido a reducir sus emisiones de GEI en 40 por ciento para 2020, lo cual es precisamente el nivel de compromisos que se requiere de los países industrializados. Las islas Marshal están apenas 2 metros por encima del nivel del mar por lo que están en riesgo de desaparecer completamente a consecuencia del cambio climático. El compromiso de esta nación, uno de los países más vulnerables del planeta, pone en evidencia la inacción y la falta de voluntad de los países industrializados. En este sentido, el gobierno de México se ha comprometido a reducir sus emisiones proyectadas en 30 por ciento para 2020.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. “El fracaso para conseguir compromisos de reducción de emisiones efectivos hace pensar que otras metas establecidas en este Acuerdo, como el financiamiento inmediato antes de 2012 y el multi millonario apoyo de largo plazo para los países vulnerables y en desarrollo, correrán la misma suerte. Con los compromisos actuales, la temperatura global se incrementará más de 3 grados centígrados con relación a la época preindustrial, encaminando al planeta hacia el cambio climático catastrófico (2)”, agregó Magallón.

De acuerdo con un informe reciente de Greenpeace que examina las implicaciones de los compromisos de reducciones de GEI hechos hasta el momento por los países, un incremento en la temperatura global de apenas 1.5 grados centígrados podría tener graves impactos sociales, ambientales y económicos (3).

Las naciones industrializadas deben reducir sus emisiones en 40 por ciento con respecto a los niveles de 1990 y los países en desarrollo deben reducir el crecimiento previsto de sus emisiones entre 15 y 30 por ciento. Todo esto antes de 2020. Además, los países desarrollados deben brindar al menos 140 mil millones de dólares anuales para que los países en desarrollo puedan financiar el desarrollo de energías limpias y otras medidas de mitigación, la protección de los bosques y la adaptación a los efectos del cambio climático. Todo lo cual, debe estar establecido en un acuerdo legalmente vinculante.

“Greenpeace está convencido que es posible alcanzar un acuerdo justo, ambicioso y obligatorio para finales de este año en México, durante la COP 16. Sin embargo, resulta preocupante que el principal funcionario de Naciones Unidas sobre cambio climático y el ministro de medio ambiente de Dinamarca, el cual preside actualmente el proceso de negociación de este organismo sobre el tema, a estas alturas del año ya estén minimizando las posibilidades de que esto se logre en nuestro país. Instamos a la ONU a redoblar los esfuerzos para concluir este tratado del clima que el mundo entero necesita urgentemente. Llamamos al gobierno de México a que continúe jugando un papel cada vez más prominente y positivo para garantizar que esto se consiga”, concluyó Magallón .
— Greenpeace

No hay comentarios:

Publicar un comentario