Por: Patricio González Quintanilla.
patgq52@gmail.com
El desarrollo de la Biotecnología en nuestro país data de 1985, cuando diversas instituciones, tanto públicas como privadas, constituyeron los primeros centros de investigación. Actualmente México es reconocido internacionalmente por sus aportes tecnológicos, desarrollados principalmente en materia de biotecnología agrícola, que han dado como resultado importantes aplicaciones prácticas en el campo mexicano..
Dentro de las instituciones públicas y privadas que desarrollan éste tipo de aspectos de alto nivel, algunas de las más importantes son: El Instituto de Biotecnología (IBT) y el CICESE de la UNAM; los Centros de Biotecnología y Bioingeniería, de Biotecnología Aplicada y de Biotecnología Genómica del IPN; el Centro de Investigación Científica de Yucatán; el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) de Sonora; el Instituto de Ecología (INECOL) de Veracruz; el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste y el Instituto Potosino de Investigación de C&T del CONACYT; y el Centro de Biotecnología del Tecnológico de Monterrey (ITESM).
México ocupa el lugar 13 de los 25 países principales que siembran productos genéticamente modificados en el mundo, y se ha consolidado como uno de los principales desarrolladores de biotecnología aplicada de América Latina.
Desde 1995, la Secretaría de Salud ha autorizado el consumo de varios productos modificados en México, por ser considerados inocuos, tales como tomates, papas y semillas de canola, soya y algodón.
Todos los organismos modificados son regulados por la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), que agrupa seis secretarías y al CONACYT.
La agrupación más importante en México es la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería, AC., que cuenta con más de 800 miembros y once delegaciones estatales a nivel nacional.
IP. PGQ-I-2010.
patgq52@gmail.com
El desarrollo de la Biotecnología en nuestro país data de 1985, cuando diversas instituciones, tanto públicas como privadas, constituyeron los primeros centros de investigación. Actualmente México es reconocido internacionalmente por sus aportes tecnológicos, desarrollados principalmente en materia de biotecnología agrícola, que han dado como resultado importantes aplicaciones prácticas en el campo mexicano..
Dentro de las instituciones públicas y privadas que desarrollan éste tipo de aspectos de alto nivel, algunas de las más importantes son: El Instituto de Biotecnología (IBT) y el CICESE de la UNAM; los Centros de Biotecnología y Bioingeniería, de Biotecnología Aplicada y de Biotecnología Genómica del IPN; el Centro de Investigación Científica de Yucatán; el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) de Sonora; el Instituto de Ecología (INECOL) de Veracruz; el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste y el Instituto Potosino de Investigación de C&T del CONACYT; y el Centro de Biotecnología del Tecnológico de Monterrey (ITESM).
México ocupa el lugar 13 de los 25 países principales que siembran productos genéticamente modificados en el mundo, y se ha consolidado como uno de los principales desarrolladores de biotecnología aplicada de América Latina.
Desde 1995, la Secretaría de Salud ha autorizado el consumo de varios productos modificados en México, por ser considerados inocuos, tales como tomates, papas y semillas de canola, soya y algodón.
Todos los organismos modificados son regulados por la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), que agrupa seis secretarías y al CONACYT.
La agrupación más importante en México es la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería, AC., que cuenta con más de 800 miembros y once delegaciones estatales a nivel nacional.
IP. PGQ-I-2010.
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