martes, 9 de febrero de 2010

LA LUCHA POLITICA EN TUXPAN


Por Ezequiel Castañeda Nevarez.
Algunas personas piensan que toda lucha política, en cualquier lugar que esta se dé, debe pasar obligadamente por la diatriba, la ofensa, la maledicencia, la infamia, la calumnia, y la intriga porque, en su opinión, de eso se trata la política: de un pleito de todos contra todos sin árbitro, sin reglas y sin el menor asomo de valores y de ética, en donde se busca principalmente que triunfe el mal sobre el bien o, en el mejor de los casos, que se logren a toda costa los resultados que buscan los actores, relacionados casi siempre con la búsqueda o con la conservación del poder. Nada mas falso que eso porque, la política, desde la postura ideológica que sea, es la herramienta social para construir acuerdos en la búsqueda del bien común en todo conglomerado humano, del tamaño o de las complicaciones y conflictos que este sea. La política, bajo un buen uso, como está plenamente comprobado, facilita la sana convivencia humana y coadyuva no solo al buen entendimiento de los seres humanos, sino que apoya el desarrollo integral de las comunidades.

En Tuxpan, como señalamos en la anterior entrega, no resulta muy difícil dar una lectura correcta a los acontecimientos políticos actuales, de cara a los momentos estelares que se avecinan con la designación de los candidatos a Presidente municipal, a los ediles que acompañarán a este, así como a diputado local por este distrito y al propio candidato a gobernador del estado. Los tiempos están perfectamente marcados en la legislación, de tal manera que los meses definitivos para conocer con absoluta certeza los datos que a todos nos interesan, serán abril y mayo, en donde estarán incluidas la precampaña y parte de la campaña formal de todos los candidatos; las formas también son conocidas por muchos de los interesados; aun así, dado que en tiempos no muy lejanos se jugó sin reglas y sin respeto a formas ni tiempos, no faltan algunos que tratan o que tratarán de violentar tiempos y formas en conjunto, es aquí en donde se corre el riesgo de que la politiquería se imponga a la política, razón por la cual todos los actores políticos debemos mantener la calma, los pies en el piso y la cabeza suficientemente fría para no caer en tentaciones vanas ni hacer caldo gordo a malosos ni a improvisados, porque la ciudadanía está muy pendiente de lo que los políticos hacemos y decimos y califica con buen juicio, más allá de chismarajos y de esa basura que algunos distribuyen para tratar de empañar la buena política, sin considerar que todos estamos en caja de cristal y que los electores están viendo y calificando, por eso debemos apreciar y conducir con propiedad la lucha política en todo tiempo. Esa es la cuestión.

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