domingo, 25 de julio de 2010

PUNTO CRÍTICO... CENTRO IZQUIERDA ELECTORAL. BORRÓN Y CUENTA NUEVA


Por J. Enrique Olivera Arce
Los resultados definitivos del proceso electoral de sucesión de Fidel Herrera Beltrán en el gobierno de Veracruz, estarán sujetos a lo que los tribunales electorales, estatal o en su caso el TRIFE, determinen y, mientras esto sucede, la llamada izquierda electoral deberá asumir que ya se transita en el largo y escabroso camino de la elección presidencial del 2012. Debiéndose atender a diversos supuestos que a mi juicio irán configurando un nuevo escenario para las distintas corrientes de centro izquierda que, en un nuevo intento por participar y pesar en el proceso, le apostarán a un frente amplio electoral.
La elección en Veracruz quedó atrás. Sea quien fuere el próximo gobernador en la entidad, su designación oficial se conocerá hasta el mes de noviembre, pero es indudable que éste, a su vez, en su momento tendrá que enfrentar a una oposición a la que deberá considerar seriamente en la toma de decisiones, para así obtener un mínimo de consenso que le permita gobernar sin tropiezos. Para la izquierda esto debería ser la primera conclusión a sacar si es que se pretende avanzar. Asumiéndose que la nueva administración pública veracruzana desde sus inicios estará acotada, primero, por la Legislatura en la cual ni el PRI ni el PAN contarán con mayoría absoluta y, segundo, por finanzas públicas deficitarias sobre las que habrán de gravitar cuantiosas deudas heredadas; obligándose a privilegiar gobernabilidad por sobre otro desgastante esfuerzo electoral con vías al 2012.
Lo anterior permite considerar un escenario inédito para un Veracruz que vive de y para la política electoral. Siendo este el punto de partida para afrontar los retos y tareas a que están obligadas las corrientes de centro izquierda electoral, si su propósito es salir de su marasmo en la entidad.
Agotado el esquema de la Fidelidad como proyecto transexenal del PRI, sustentado en el falso supuesto de que todo es rojo en la geografía política veracruzana y en el mito de la infalibilidad, omnipotencia y omnipresencia del Maestro Fidel Herrera Beltrán, se transita ya por un complejo proceso de reacomodo de las diversas fuerzas que configuran el espectro político electoral. Este a mi modesto entender, ofrecerá nuevas posibilidades de rescate, crecimiento y fortalecimiento de los ahora cascarones partidistas de Convergencia, PRD y PT, e inclusive, para el movimiento social plural de resistencia ciudadana que encabeza el lopezobradorismo, llamado a jugar un importante papel en la elección presidencial del 2012, si se decide a salir del closet.
En este nuevo escenario de la vida política de Veracruz, a mi juicio resaltan varios elementos a considerar como contexto previo para todo esfuerzo unitario de las fuerzas electorales de centro izquierda, que merezca tanto el respaldo del lopezobradorismo como de aquellos ciudadanos considerados “indecisos” pero que, por sus condiciones de vida, expectativas de inclusión, crecimiento y aspiraciones futuras canceladas, se identificarían con los propósitos y objetivos de un amplio movimiento social en la construcción de un frente ciudadano, único y renovado.
Las derrotas enseñan. Las militancias del PRD, Convergencia y PT, e incluso el movimiento lopezobradorista en Veracruz, deberían estar sacando conclusiones en torno al fracaso electoral.
El principal enemigo de la izquierda, hoy y siempre, es la propia izquierda. No se puede seguir confiando en dirigencias espurias enemigas de la democracia;
El enemigo a vencer en el 2012 es el PRI. El PAN se está derrotando a sí mismo a nivel nacional por las políticas erráticas y antipopulares de la administración federal a cargo de Calderón Hinojosa;
El PRI en Veracruz hasta ahorita pierde ganando. No cuenta, como ha venido afirmando, con el monopolio de la vida política en la entidad; habiendo quedado claramente sentado que apenas alcanzó la primera minoría en el espectro plural electoral de la entidad.
Pese a todos los esfuerzos gubernamentales y de las dirigencias colaboracionistas, por sepultar a las fuerzas de centro izquierda, estas se mantienen vivas y actuantes gracias al compromiso, convicción ideológica y voluntarismo de las bases partidistas.
Mal que bien y pese a todas las imprevisiones, improvisaciones, errores, traiciones y desviaciones de los conductores de la llamada izquierda electoral, ésta alcanzó en la elección de gobernador alrededor de medio millón de votos, es decir, el 14 % del total de los votos computados, habiendo contribuido a desenmascarar los mitos de la “Fidelidad”.
En el ámbito nacional, con las alianzas triunfantes en Oaxaca, Puebla, Sinaloa y posiblemente en Durango e Hidalgo, quedó expuesta la debilidad del panismo y de su conductor, Calderón Hinojosa. Sin la participación en alianza de las fuerzas de centro izquierda, pese a presentarse estas fragmentadas, usadas y manipuladas, el fracaso electoral del PAN frente al PRI hubiera sido total. Luego insisto, a mi entender el enemigo a vencer en el 2012 es el PRI, no hay de otra y, en torno a este supuesto, habría que trabajar intensamente, desde abajo, confiando en la fuerza, creatividad y compromiso de las bases.
Estos, entre otros elementos relevantes que para mi gusto deja tras de sí la elección del domingo cuatro de julio, bastarían para reafirmar optimismo y confianza para un borrón y cuenta nueva para lo que viene en el 2012. Las fuerzas de centro izquierda electoral en Veracruz, aún sin la participación del lopezobradorismo que le dio la espalda tanto a las alianzas con el PAN como a la simulación político electoral, fueron derrotadas pero no vencidas y, si tomamos en cuenta su propio cochinero a lo largo de los últimos cuatro años, afirmaría que ganó perdiendo, si es que toma conciencia de que habiendo tocado fondo en sus crisis recurrentes, llegó la hora del resurgimiento y reconstrucción con autenticidad y compromiso.
A todo esto se agregaría el hecho de que, no obstante el cerco informativo aplicado al movimiento social de resistencia en defensa del petróleo, la soberanía y la economía popular, se cuenta con el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador que se fortalece a nivel nacional, en contrario a la “muerte política” del tabasqueño que muchos analistas de buena fe o textoservidores orgánicos al servicio de la reacción, propalan como cierta. Y aquí cabe aclarar que AMLO no perdió la elección presidencial en el 2012 como consecuencia de la frase “Al diablo con las instituciones” o el ya clásico “Cállate chachalaca” que le recetara a Vicente Fox, como tampoco por el “López Obrador, un peligro para México” que propalaran PAN y PRI en alianza con un sector ultra conservador de la iniciativa privada. La elección no la perdió, le fue robada a los electores, mediante un megafraude ampliamente documentado y presente en el imaginario popular.
Cabe también aclarar que la radicalización que se critica y condena del movimiento Lopezobradorista, devino de la movilización de resistencia ciudadana frente al fraude y el colaboracionismo del PRI y la corriente Nueva Alianza del PRD, que pretendieran legitimar tanto la elección del 2006 como el mandato de Calderón Hinojosa, y no de un presunto complot para desestabilizar a México, como ha quedado ampliamente comprobado. El verdadero peligro para México era y lo sigue siendo Felipe Calderón.
Como bien lo afirma Mario Di Constanzo, la izquierda tiene como único líder nacional a López Obrador. De su reconocimiento como tal por las fuerzas de centro izquierda partidista en Veracruz, depende en mucho la recoja eficaz de los tepalcates y ulterior renovación con la participación activa del lopezobradorismo. Desdeñar nuevamente a éste movimiento, escuchando el canto de las sirenas de “los chuchos” y demás colaboracionistas que se inclinan a favor de una alianza cupular para impulsar la candidatura de Ebrard o cualquier otro para la elección presidencial del 2012, es, a mi juicio, un nuevo tropezarse de la izquierda con la misma piedra, rechazando la oportunidad de aprender de su propia historia, negándose a un escenario que hoy por hoy está dado para avanzar.

pulsocritico@gmail.com

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