miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿QUÉ PASÓ?...


Por Orlando Segura Hervert.
¿Qué pasó? Es la pregunta obligada del panismo local, asumir la derrota, aprender de ella, quejarse o revisar el pasado, mirar hacia el futuro y trazar la línea que los conduzca hacia nuevos tiempos de triunfos y victorias. Lo más fácil es echarles la culpa a los demás, las trampas que siempre en toda competencia electoral se presentan o bien, hacer un análisis profundo, serio, puntual de los posibles factores que incidieron en el resultado adverso del 4 de julio, de otra manera, los espacios se irán reduciendo, es decir, ganaron 4 regidores, pero dicha cifra se podría ver mermada en las próximas competencias a 2 o a cero, tal y como le sucedió al perderé alguna vez ganaré.
Cabe recordar que el PRD comenzó con mucho empuje, con muchos bríos y esperanzas, ganó la alcaldía en 1997 y posteriormente, la falta de oficio, las contradicciones, la ausencia de atención de sus dirigencias nacionales y estatales y el poder mismo lo hundieron en el descrédito, tan es así que a más de 13 años, se quedaron sin representación, sin nada, sin glorias, viviendo del pasado.
Hoy el PAN puede sufrir del mismo mal, sino corrige, sino muestra disposición al cambio, más allá de las posibles traiciones con las que algunos obtuvieron prebendas, placas “dentales”, superficies terrenales y otros enseres móviles.
Acción Nacional se está encerrando en los mismos de siempre, bloqueando posibles liderazgos de la clase media y alta, frenando la participación de los aliados, gente de bien que no le interesa las grillas ni los pleitos de comadres que luego se dan entre los miembros del partido. Así, no excluyendo a los seguidores con capacidad podrán sobrevivir; de lo contrario estarán cavando su tumba, no les queda de otra, ¡RENOVARSE Ó MORIR!.
Los números son fríos, la zona urbana ya no votó por el PAN, el sector rural lo hizo, pero no fue suficiente, las mujeres en un promedio de 13 mil, sufragaron por el bombón, y además descuidaron el vínculo con gente representativa de los profesionistas, la elite porteña, aquellos que pueden dar, pero también quieren recibir ó dicho de otro modo, los empresarios no dan paso sin huarache…
Las derrotas son huérfanas y nadie quiere cargar con ellas, por eso urge un proceso de catarsis, una reflexión metódica de que fue lo que pasó y a partir de ahí, definir tareas, rumbos, combatir la incertidumbre, recordar que lo que resiste, apoya, frase ésta última de Don Jesús Reyes Heroles. Hasta pronto. Hasta siempre…

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