miércoles, 2 de febrero de 2011

MARCIAL MACIEL UN “ENFERMO” EN LA IGLESIA…


Por Orlando Segura Hervert.
En cualquier época se puede uno encontrar enfermos como Marcial Maciel, quien en su momento fue acusado como pederasta, violador, un sacerdote que cometió muchos actos ilegales en contra de los feligreses, el líder de los Legionarios de Cristo, desde el poder y bajo el manto de la obscuridad, actúo criminalmente, al seno de la iglesia ejecutó actos fraudulentos escudado en el amor al prójimo y la solidaridad, en ese contexto logró engañar a los fieles y a la jerarquía católica, incluido el Papa Juan Pablo II
El “enfermo” llevó una doble vida, en forma paralela era sacerdote y además tuvo varias esposas e hijos, se relacionó con el poder económico de México, creo ligas al más alto nivel, inclusive fue gente muy cercana a Martha Sagahún y al expresidente de la república mexicana, Vicente Fox Quesada.
La primera acusación de la que no se quiso dar crédito, la presentaron varios párrocos hace 35 años, pero todo el expediente fue borrado, el caso fue encubierto y olvidado ó cerrado porque se “perjudicaba” ciertos intereses de la propia iglesia católica. Recientemente, en el momento en que murió, la santa sede revisó y analizó todo el expediente, descubrieron las atrocidades cometidas por Marcial Maciel y luego entonces se ordenó quitar su nombre en toda la iglesia católica.
En el marco de la Jornada Mundial del Enfermo, se le cuestionó al Obispo Juan Navarro Castellanos, acerca de este personaje, a lo que el máximo líder espiritual de la diócesis de Tuxpan, respondió que figuras de este tipo, se presentan en toda época, son cuestiones que no se deben permitir, agregó que en el ámbito de los valores, la humanidad camina entre el bien y el mal, hay mucha gente buena y en los tiempos actuales se tiene que actuar con sabiduría para vivir mejor…
Los crímenes de Marcial Maciel, indudablemente lastiman el orgullo de los católicos, es un capítulo muy sensible que hiere la bondad y el accionar de los cristianos y sin lugar a dudas, la propia estructura de la iglesia más antigua, está obligada a castigar y sancionar este tipo de anomalías que nada tienen que ver con el ejemplo y legado de Cristo.

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