Por Orlando Segura Hervert…
El censo 2010 del INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática), arroja que de los 143 mil tuxpeños, 130 mil habitantes admiten no hablar ni tienen conocimientos relacionados con ninguna lengua indígena; es decir, dominan el español como lengua materna y algunos interpretan ó conocen otro idioma como el inglés ó francés, muy pocos tienen ésta cualidad.
Para Esperanza Cruz Cruz, exregidora e integrante del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, y de acuerdo a su experiencia y recorridos realizados durante años por las comunidades, indica a éste medio que las personas que interpretan el náhuatl, están localizadas en las comunidades del Eden, Francisco I. Madero, La Joya, en dichos lugares hay de 10 a 15 familias por cada centro poblacional, refirió que inclusive les cuesta trabajo comunicarse en castellano tal y como la gran mayoría de los tuxpeños lo hace.
En tales sitios, se manifiestan la pobreza, marginación, la ausencia de servicios está latente, no obstante que en el Edén, se introdujo el agua y se le dotó de obra de infraestructura, el atraso es enorme y se tendrán que destinar recursos para abatir el rezago social.
Tales lugares son contemplados en algunas esferas de los programas asistenciales de oportunidades, alimentarios, etc.
Las políticas públicas son de carácter electorero, bajo el argumento de combatir la pobreza, lo cierto es que en tiempos de elecciones reciben presiones para votar por determinado partido político, ligado al ámbito federal, con la esperanza de no perder ciertos “beneficios”.
Ninguna autoridad, ninguna organización defiende o promueve acciones tendientes a fortalecer la organización y cultura de los indígenas locales que de acuerdo a cálculos no oficiales, no llegan a 4 mil habitantes.
No hay una instancia que rescate las raíces muy nuestras de esos pueblos que por azares del destino son absoluta minoría en el municipio porteño y también en la república mexicana.
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