domingo, 4 de septiembre de 2011

POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA...



Bonitas, pero corrientes e incultas
Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo
SEGUNDA PARTE…
Muchas de las palabras que usan los jóvenes en la actualidad, han salido también de modas e imágenes, unidos al caló o “bronx” norte americanizado; en esa combinación se obtiene una deformación tanto de una lengua como de la otra. Palabras como “huerco”, “migra”, “troca”, etc., se generalizaron en la frontera entre otras y en el caso de la expresión “Wey”, se dice que pudo venir de alguna deformación del Inglés, pero se le asocia más a la palabra “buey”, que como animal es lento y sonso. En otros casos se piensa que sustituye a la palabra “brother” o “brodita”, (muy usado por el chicano del sur de los EEUU), para referirse al amigo casi “hermano”, tomándolo como sinónimo de “manito”, “cuate” “wey”, etc. Ese término venía siendo utilizado en ciertos lugares del país antes de la década de los 90, pero fue en “Otro Rollo” con Adal Ramones (oriundo por cierto de Monterrey, N.L.) que junto con la palabra “aaròn”, lo popularizó de manera significativa, entre otros muchos cómicos que las usaron en sus personajes. Y siguiendo con la imagen del “naco”, Adrian Uribe con “El Vitor” en “La hora pico” al inicio de la década del 2000, lo retoma con los personajes de “Nacaranda” y “Nacasia” su amiga, exhibiendo la forma de comportarse de los “nacos”. Además de los Reality-Show, que hicieron común el actuar en forma “ordinaria” y el oír majaderías y vulgaridades sin sorprenderse. Recientemente me decían algunas madres de familia, “las cosas han llegado a tal extremo en los últimos años que hay programas, que dan vergüenza por la serie de bajezas que dicen, hombres que no están actuando, sino que en verdad son “patanes” y “prosaicos” dentro y fuera de las cámaras”. Y no se equivocan.
Las palabras “vulgar” y “patán”, viene a ser un grado peor al “naco” o “corriente”, por lo tanto no son lo mismo. El concepto “vulgar”, corresponde a una persona que actúa y habla procazmente, que se comporta en forma desinhibida al actuar, hablar o vestir, desubicándose del contexto; es decir la vulgaridad (intencional o inconsciente) es una forma de egoísmo, porque la persona no diferencia los lugares en donde podría actuar con libertad, sin causar problemas. ”El patán”, por su parte, corresponde a la actuación de un sujeto (hombre o mujer) que además de “vulgar” y “corriente”, lleva una intención dañina en su actuación; es decir en su forma de actuar media la falta de respeto y de eludir compromisos, todo como una forma de revelarse de las normas que la sociedad establece y a las que no desea ajustarse; es decir “el patán” premedita su actuación “el vulgar”, es espontáneo pues actúa en función de su cultura. Pero ambos son demostraciones de frustración e inmadurez (por un deseo incontrolable de llamar la atención), que hace que consciente e inconscientemente ofendan, incomoden o dañen a los demás y en la actualidad, son los propios medíos los que les publicitan para obtener audiencia. Actitudes vulgares y patanes se pueden ver todos los días, en: las empresas, los sindicatos, los partidos políticos, el gobierno, en los centros escolares, las religiones, el deporte, el ejercicio de la profesión, las organizaciones de la sociedad civil, igual en los espacios de ricos que de pobres. En la actualidad, podemos ver juniors tratando a jovencitas como si fueran sus sirvientas; o algunos “nuevos ricos y ricas” (que poseen fortunas no precisamente provenientes de la cultura del esfuerzo) que alcanzan estilos y formas de vivir, vestir y de convivir en los excesos como una demostración de ostentación y en esa coraza pretenden sustituir su falta de cultura y de valores personales y por ello hacen alarde de dinero y bienes; pero como dice el refrán: “no todo lo que brilla es oro”. Y para muestra un botón.
Si pudimos ver a las “Ladies de Polanco”: Azalia Ojeda, ex big brother y Maria Vanessa Polo Cajica, ex Nuestra Belleza Puebla 2004 ambas guapas , aparentemente con dinero, camioneta del año (como se pudo percibir en cadena nacional), pasarán a la historia como dos mujeres que exhibieron su origen, su pésima educación, sus escasos principios, en pocas palabras su “vulgaridad” y “patanería” y sumado al estado etílico o drogo en que estaban, les convirtió en animales enfurecidos e irracionales. Con seguridad, la más humilde y honesta trabajadora, les podría dar clases de comportamiento, prudencia y respeto a los demás.
Luego entonces, es claro que el ser gente respetable y respetado, no es cuestión de dinero ni de poder o de ser guapo o bonita, porque lo que vale para ser reconocido frente a los demás, es la forma en que los individuos son valorados por su cultura y buenas acciones personales, familiares y profesionales y eso, no es tan fácil de obtener. Como dice nuestro vocablo mexicano: “eso se mama” desde niño y se reafirma con el tiempo, si el individuo se empeña en preservar lo que da consistencia a la familia y a la sociedad.
Por eso, independientemente de los grupos en que se conviva y la forma de comportarse de cada quien, que es respetable, lo importante es ubicarse cada quien en su realidad y estar satisfecho de lo que es y disfrutar lo que modestamente tiene, siempre y cuando no lesione o vulnere los derechos de otros. Además de que, en el respeto otorgado esta el respeto recibido de los demás. Como decía un promocional de la librería Gandhi en México que me encantó: darle a los jóvenes más “book” y menos “face”; en suma, más cultura, virtud y productividad y menos anti-valores y superficialidad. Gracias y hasta la próxima.

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