Por Orlando Segura
Hervert…
Sofía Mendoza García,
cumplió 30 años de servicio en la clínica 26 del Instituto Mexicano del Seguro
Social, terminó el ciclo laboral como Jefa de Enfermeras, con los años acuestas
y con un desempeño ejemplar, conquistó el corazón de los sindicalizados, los
derechohabientes, los pacientes que alguna vez acudieron a dicho centro de
salud; por sus manos pasaron infinidad de enfermos que encontraron la mano, la
amistad y el consejo indispensable para animar al desvalido. Dejó huella,
ejemplo de tenacidad, espíritu de lucha y la decisión de resistir a la
adversidad, tal conducta la inculcó a sus hijos, a su esposo, y a los colegas
que aprendieron a dar, sin esperar nada a cambio.
Todo eso le expresaron
con un convivio celebrado en conocido hotel de Tuxpan, ahí llegaron los más
cercanos colaboradores, ahí estuvieron para expresarles una palabra de aliento,
darle las gracias por la hospitalidad brindada en tres décadas de ejercicio
profesional. Sin embargo, hubo un dejo de reproche de sus amigos hacia las
autoridades hospitalarias, porque ninguno de los funcionarios tuvo el detalle,
el acto diplomático de darles tan siquiera una “palmadita” en el hombro por los
esfuerzos compartidos hacia los internados
en los quirófanos, mismos que pasaron por diferente época o período.
De parte de quienes
dirigen ese instituto solo hubo silencio y olvido, para una persona que dejó su
vida y 3 décadas de trabajos ininterrumpidos. En los hechos, la ingratitud; en
el discurso, palabras repletas de calidez y el compromiso oficial de alcanzar
la modernidad en los servicios.
La práctica contrasta
con la realidad y con los mensajes de eficiencia y eficacia de Víctor Octavio
Pérez del Valle Ibarra, delegado de la zona norte en el Estado de Veracruz, del
IMSS. La clínica 26 del IMSS, anda patas pa arriba, esa fue la conclusión de
los consultados por éste medio de comunicación.
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