Por Orlando Segura Hervert…
Al editor y periodista, Braulio Peralta, le gusta la gastronomía tuxpeña, cada vez que viene a Tuxpan a visitar a los familiares, no desaprovecha la oportunidad de probar diversos platillos, en esta ocasión escogió unas empanaditas de queso con frijoles refritos, café y una manzana rayada con yogurt, así comienza a platicar acerca de sus múltiples proyectos para el 2013, en primer lugar disminuir el ritmo de viajes, escribir un libro con la acogedora pasión de un lugar tranquilo, dedicarse a otras cosas, cambiar de ritmo, dedicarle tiempo a otras cuestiones.
De charla amena, en un instante de la plática, muestra a este reportero una fotografía tomada en noviembre del presente año, en la residencia del premio nobel de literatura, en la que aparece él y Gabriel García Márquez, explica con detalle la reunión de amigos, ahí tuvo la oportunidad de dialogar con el famoso Gabo, relata el encuentro, lo vi entero, lúcido, amable, no es el reflejo de la decrepitud, tal y como aseguran algunos medios de comunicación, por el contrario, está “muy completo”. Después de varios minutos de hurgar en los archivos de su celular, por fin, encuentra la toma y la muestra a este reportero, para que le crean que efectivamente está con él, sonríe cuando por fin, localiza el dispositivo en donde dos figuras del arte de la escritura posan para la posteridad de los recuerdos.
A Tuxpan, le falta infraestructura, capacitación para atender a los turistas, desde el mesero, el agente de tránsito, posteriormente relata el viaje por carretera desde la ciudad de México hasta Tuxpan, a una velocidad aproximada de 120 kilómetros por hora; se hizo aproximadamente 240 minutos, comenta la ruta Tihuatlán – La Ceiba, el tramo reduce sustancialmente la distancia, falta por arreglar La Ceiba a Necaxa, en el momento en que quede, tendrán una avalancha de turistas inmensa, eso está por llegar, con todas las desventajas y conveniencias que ello conlleva, luego entonces, los taxistas, el restaurantero, el ciudadano tienen que cambiar de actitud para esa gran cantidad de personas que cada fin de semana asistirán a éste lugar.
Al editor y periodista, Braulio Peralta, le gusta la gastronomía tuxpeña, cada vez que viene a Tuxpan a visitar a los familiares, no desaprovecha la oportunidad de probar diversos platillos, en esta ocasión escogió unas empanaditas de queso con frijoles refritos, café y una manzana rayada con yogurt, así comienza a platicar acerca de sus múltiples proyectos para el 2013, en primer lugar disminuir el ritmo de viajes, escribir un libro con la acogedora pasión de un lugar tranquilo, dedicarse a otras cosas, cambiar de ritmo, dedicarle tiempo a otras cuestiones.
De charla amena, en un instante de la plática, muestra a este reportero una fotografía tomada en noviembre del presente año, en la residencia del premio nobel de literatura, en la que aparece él y Gabriel García Márquez, explica con detalle la reunión de amigos, ahí tuvo la oportunidad de dialogar con el famoso Gabo, relata el encuentro, lo vi entero, lúcido, amable, no es el reflejo de la decrepitud, tal y como aseguran algunos medios de comunicación, por el contrario, está “muy completo”. Después de varios minutos de hurgar en los archivos de su celular, por fin, encuentra la toma y la muestra a este reportero, para que le crean que efectivamente está con él, sonríe cuando por fin, localiza el dispositivo en donde dos figuras del arte de la escritura posan para la posteridad de los recuerdos.
A Tuxpan, le falta infraestructura, capacitación para atender a los turistas, desde el mesero, el agente de tránsito, posteriormente relata el viaje por carretera desde la ciudad de México hasta Tuxpan, a una velocidad aproximada de 120 kilómetros por hora; se hizo aproximadamente 240 minutos, comenta la ruta Tihuatlán – La Ceiba, el tramo reduce sustancialmente la distancia, falta por arreglar La Ceiba a Necaxa, en el momento en que quede, tendrán una avalancha de turistas inmensa, eso está por llegar, con todas las desventajas y conveniencias que ello conlleva, luego entonces, los taxistas, el restaurantero, el ciudadano tienen que cambiar de actitud para esa gran cantidad de personas que cada fin de semana asistirán a éste lugar.
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