A la memoria de Emmanuel D’Herrera Arizcorreta
¡Miren, miren las luces, escuchen el estruendo!
Están violando nuestros centros sagrados,
están saqueando nuestras riquezas,
escuchen, miren, la corrupción profana nuestras tumbas.
Vengan, súmense, Walmart nos destruye.
La diabetes no importa, yo me cuido.
Mi vida vale mucho, mucho más
que ochocientos ochenta y tres pesos.
Mi libertad la tengo, nunca estaré preso.
Nunca estaré muerto, soy los códices ancestrales.
Soy muchas lenguas, muchos idiomas,
soy Teotihuacán, soy el lugar sagrado de nuestros dioses,
no me mata la vida, me mata la muerte,
la corrupta muerte que mata a quienes merecen vivir
¡Oferta, oferta, aproveche!; ¡883 pesos, 883 pesos, sí, a sólo 883, moneda nacional! Precio bajo que ninguna cadena competidora puede dar. ¡Y usted se gana un flamante auto! ¡Sí, como lo lee! Un auuuuutoooo nuevecito, pero de formal prisión… ¡Aproveche! ¡El que no arriesga no gana! Y lo único que usted puede perder es ¡su vida!
El 9 de abril de 2013 se conmemora el tercer aniversario luctuoso del luchador, catedrático en economía internacional, padre, esposo, amigo, Emmanuel D’ Herrera Arizcorreta, dirigente del Frente Cívico en Defensa del Valle de Teotihuacán. Por su oposición a la construcción de una tienda de la trasnacional Walmart en dicha zona arqueológica, acusado de cargos absolutamente falsos, fue detenido violentamente por agentes federales.
Todo comenzó en 2004. Durante la gestión de Enrique Peña Nieto como gobernador del Estado de México (quien ahora es presidente de la República) se brindaron concesiones a empresas privadas para la construcción de un Walmart en pleno recinto prehispánico de Teotihuacán, considerado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Varias organizaciones sociales, grupos ambientalistas y todo ser humano consciente de sus raíces prehispánicas protestaron inmediatamente, uno de ellos fue Emmanuel D’ Herrera. Tanto él como sus compañeros vivían la indignación de la tierra mancillada. El papá de Emmanuel recuerda la imagen de una pala mecánica que removía la tierra durante la construcción y cómo salían de sus entrañas figurillas e innumerables objetos prehispánicos. Hoy se pregunta dónde estarán y en poder de quién.
D’Herrera Arizcorreta, un hombre de una vasta cultura que había renunciado a su vida como diplomático y profesionista exitoso, fue detenido el 16 de mayo de 2009 y estuvo preso en el penal Molino de Flores, Texcoco, Estado de México, acusado por haber hecho detonar en la tienda Walmart, el 16 de mayo de 2009, una lata de jugo con pólvora de fuegos artificiales para llamar la atención con relación a que tal tienda se había instalado en el sitio arqueológico de Teotihuacán, con lo que se violaban los derechos culturales de los mexicanos.
El 21 de mayo de 2009 se le concedió la libertad bajo fianza después de pagar 37 mil pesos. Sin embargo se le detuvo nuevamente, esta vez por autoridades federales, por los delitos contra la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. D’ Herrera solicitó su derecho constitucional de realizar una llamada, petición que se le negó. Luego lo enviaron a la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, pero antes lo llevaron a un hospital para controlarle la crisis de diabetes con suero e insulina.
Encarcelado por casi 1 año, al estar gravemente enfermo de diabetes e hipertensión, experimentó un terrible deterioro de su salud: perdió cinco piezas dentales y desarrolló problemas de visión hasta que finalmente murió por un derrame cerebral. Su muerte como preso no fue un fenómeno natural, fue un homicidio generado por represión política, probable tráfico de influencias y corrupción
Fuente: RADIO AMLO…
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