*Renuncia anunciada
*El adiós de Ampudia
*Que peñismo lo espera
Luis Velázquez
I
Entre los yunistas azules nunca, nadie, jamás, ha creído en la ruptura amical del filósofo José Enrique Ampudia Mello, subsecretario de Gobierno, con su cuaderno de doble raya, el peleador callejero Miguel Ángel Yunes Linares.
Incluso, un yunista lo dice así: “Supongamos, sin aceptar, que rompieron… la amistad y el cariño es tan profundo que a la primera de cambios volverían a su luna de miel”.
Y es que durante 20 años ha existido una dependencia psicológica, psiquiátrica y neurológica entre los dos.
Y si alguna duda existiera, Ampudia se llevó a una parte del equipo yunista a la Subsecretaría de Gobierno para ser feliz.
Entre ellos, y por ejemplo, Jorge Santos Azamar, el compadre de Yunes que rescatara a uno de sus hijos de un secuestro en la ciudad de México.
José Angel Teddy Palacios, el porro que asaltara la rectoría de la Universidad Veracruzana el primer día de don Fernando Gutiérrez Barrios como gobernador.
Rogelio Hernández, uno de sus operadores en la campaña electoral del 2010.
Luis Sardiña, “El coño-loco” que traicionara a Dante Delgado Rannauro para cobijarse con Yunes.
Juan Herrera Marín, el porro número uno de Yunes cuando fuera secretario de Seguridad Pública con Patricio Chirinos Calero.
José Luis González, subdirector de Organización Política con Teddy Palacios.
Juan Noel, gente a morir de Yunes, y que fuera el autor intelectual y físico de las máscaras de Carlos Salinas en Veracruz en aquellos años.
Y, claro, Francisco Javier Vicente, “El chuletas”, el jefecito de prensa del exalcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez.
Así, Ampudia se ha sentido en familia en los últimos meses en el barco duartista.
Ahora, Ampudia ha anunciado que “podría… podría…podría” dejar el cargo para incorporarse al gabinete peñista en el altiplano.
Se ignora si así sea.
O, por el contrario, si está jugando con los hechos y las circunstancias, midiendo el agua a los camotes.
O, si de plano, mirando que el buque pudiera hundirse, ha decidido tirarse al mar, como las ratas, esperando que el diputado federal, Manlio Fabio Beltrones, le abra la puerta en el Congreso de la Unión.
II
Ampudia Mello fue comisionado por el jefe máximo para operar en contra de Yunes Linares, y falló.
Falló en Coatzacoalcos, cuando fue incapaz de convencer a Gonzalo Guízar Valladares, candidato yunista a la presidencia municipal, de regresar al partido tricolor.
Falló en Coatzacoalcos cuando otros operadores convencieron al doctor Rafael García Bringas para desertar del PAN yunista.
Falló en la elección estatal del PAN para tumbar del caballo a Yunes Linares, quien retuviera el 80 por ciento de las candidaturas a las alcaldías.
Falló en la contienda interna para aniquilar a Yunes Linares como candidato a diputado pluri, pues otros priistas entraron a la operación cicatriz.
Falló en el torpedeo contra Yunes Linares para frustrar la candidatura de Rafael “El loco” Acosta Croda a la alcaldía y Miguel Ángel Yunes Márquez a la alcaldía de Boca del Río.
Falló cuando instrumentó la “Ley Ampudia” para castigar con cicno años de cárcel (quería 20 años) a quienes bloquearan vías de comunicación, pues no obstante su ley, las marchas continúan y seguirán por el resto del sexenio.
Falló en la operación química para desaparecer a “El oaxaco”, José Manuel Flores Ríos, socio de José Murat Casab, exgobernador de Oaxaca y coordinador del Pacto México, pues los alcaldes de los nueve pueblos indígenas del sur de Veracruz están irritados y, por ahí, pronto habrá más sublevación.
Y también se ha evidenciado en su última declaración cuando dijera (Notiver, 5, mayo, 2013) que hay en Veracruz “un ambiente de gran armonía, gran calma, gran deseo de participar”, cuando, caray, Salvador Manzur Díaz fue renunciado a la Secretaría de Finanzas y Planeación.
Además, está pendiente el dictamen de la Auditoría Superior de la Federación con el presunto desvío de los 5 mil millones de pesos.
De igual manera está pendiente el desenlace del Pacto México, cuya tea fue encendida en Veracruz.
III
El subsecretario de Gobierno (el tercero del sexenio, Erick Lagos Hernández y Tomás Carrillo Sánchez) anuncia que se irá, dice, con el peñismo. (Notiver, 5, mayo, primera plana)
Si así fuera, habrá de preguntarse el beneficio social, político, económico y cultural que los casi 8 millones de veracruzanos recibimos con Ampudia Mello en la Subsecretaría de Gobierno.
Bastaría referir que a la fecha hay tres reporteros desaparecidos:
1.- Gabriel Manuel Fonseca Hernández, de Acayucan, el 17 de septiembre, 2011.
2.- Cecilio Rodríguez Domínguez, el 11 de mayo, 2012, en Chinameca.
3.- Sergio Landa Rosado, del Diario de Cardel, de La Antigua, el 23 de enero, 2013.
Y si la subsecretaría se encarga de la paz y la tranquilidad pública en “el estado ideal para soñar” (que tampoco lograron Erick Lagos y Tomás Carrillo Sánchez, alias “El capulina”) y Ampudia la dejara convertida en un infierno, Ampudia Mello (en caso de irse, incluso, de quedarse) fue, es y seguirá como un error imperdonable, un accidente de trabajo, una pifia… en el sexenio próspero.
Simple y llanamente, José Enrique Ampudia decepcionó, además de que el priismo siempre lo ha considerado un yunista filtrado en el barco duartista, pues nunca fue un político confiable.
Y eso que se presenta como filósofo…, pero existencialista, acostumbrado a la cantada y los whiskazos.
La sombra de su creador, Miguel Ángel Yunes Linares, siempre lo perseguirá como un ser dependiente. “El menosprecio de Yunes, peor que el menosprecio de su esposa”, como dice Adolfo Mota. Caso clínico para estudiarse en un doctorado de psicología.
Fuente: blog .expediente.mx
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