sábado, 11 de mayo de 2013

EXPEDIENTE 2013

El post “ranulgate” 

Luis Velázquez 

Después del “ranulgate”, Enrique Peña Nieto aterrizó en Veracruz y en el aeropuerto, el gobernador lo abrazó, dejó su mano sobre el hombro del presidente y le tomaron la foto. 

Semanas después el gobernador se entrevistó con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, y la foto fue publicada como noticia principal en la prensa jarocha. 

El Pacto México entró en su segunda luna de miel, cuando el presidente y los líderes rijosos del PAN, PRD (y de estatua de sal el presidente del PRI) tomaran cafecito, anunciando la reforma financiera. 

El Ministerio Público Federal y la FEPADE comenzaron el interrogatorio a los siete ranulfistas involucrados en el desaseo de los programas sociales con fines electorales, día aquel, miércoles 8 de mayo, cuando desde el altiplano anunciaran un montón de comisiones para apaciguar a la oposición, entre ellas: 

1.- La Comisión Nacional para Vigilar Comicios. 

2.- La Comisión Especial de Programas Sociales. 

3.- La Comisión para dar Seguimiento a Procesos Electorales. 

Incluso, así se cumplió la sentencia bíblica del poeta Efraín Huerta, cuando en el siglo XX escribiera dos mamotretos, doble ladrillo, conocido con el nombre de “México a través de sus siglas”. 

Todo gracias al “ranulgate”, cuyo jefe máximo, Ranulfo Márquez Hernández, nunca, jamás, volverá a la delegación federal de la Secretaría de Desarrollo Social en el sexenio próspero, con uno de sus nuevos estribillos:“Mejorar el mundo en un día es posible” y que parece un anuncio de la Coca-cola en el cine, tragando palomitas en la oscuridad del anonimato. 

Sin embargo, de norte a sur de Veracruz cabalga la misma pregunta, la misma perspicacia, la misma suspicacia. 

VERACRUZ DESPUÉS DEL “RANULGATE” 

¿Hasta dónde llegará el “ranulgate”? 

Quizá un santero cubano, un médium, un brujo pudiera descifrar la interrogante. 

Por lo pronto, bastaría referir que mientras el Instituto Federal Electoral, IFE, se declaró incompetente ante la queja contra SEDESOL, Rosario Robles y el gobernador de Veracruz, el partido tricolor frenó en el Congreso de la Unión el citatorio de la Procuraduría General de la República para la comparecencia de Javier Duarte. 

Pero si el presidente Enrique Peña Nieto ha tenido momentos convulsos y turbulentos, se cuentan, entre ellos, la explosión de Pemex, y a un ladito, en segundo lugar, Veracruz, convertido en el peor rincón del mundo para el ejercicio periodístico. 

Y luego enseguida, el “ranulgate”. 

Abajito, el genocidio de los migrantes trepados en “La bestia” en el tramo Coatzacoalcos-Medias Aguas, Sayula de Alemán. 

Y desde ahí, la alerta amarilla como primer síntoma de la enfermedad política que nos ha atrapado. 

Punto uno: está pendiente el dictamen del Ministerio Público federal y la FEPADE sobre la entrevista a los siete ranulfistas involucrados en el “ranulgate”. 

Punto dos: si el PAN y PRD siguen presionando a Los Pinos y exigieran, por ejemplo, una vez más, la renuncia de Rosario Robles Berlanga a la SEDESOL, habría de recordar que Peña Nieto ya le dijo: “No te preocupes, Rosario”. 

Y, por tanto, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong será su más apasionado defensor. 

Punto tres: según las versiones, en el altiplano pesa, y pesa mucho, el regreso triunfal del góber fogoso en la Casa Veracruz, en el carnaval jarocho y en la misa en el WTC por los 50 años de sacerdote del obispo José Guadalupe Padilla y Lozano, donde “El tío” bendijo a los reporteros. 

Punto cuatro: el nombramiento de la mayoría de delegados federales está parado en Veracruz. 

Incluso, y aun cuando por tercera, cuarta ocasión, fueran promovidos en la prensa escrita, quedó en lista de espera la designación de los promovidos, Iván Hillman Chapoy en la CONAGUA y Antonio Benítez Lucho en el IMSS. 

NI LICENCIA NI INGOBERNABILIDAD 

Punto cinco: Se ignora la fuerza del tsunami político y hasta donde llegaría la lumbre, pero en el altiplano siguen con el dedo en la llaga sobre la (presunta) investigación al góber fogoso en Estados Unidos sobre el caso Pancho Colorado y sus caballos finos de carreras. 

Punto seis: mientras PAN y PRD aprietan tuercas, está claro que para el peñismo lo más importante es el Pacto México. Entre tanto, el góber jarocho cabildea. Quizá, dice el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, necesita mostrar estatura política ante el inquilino de Los Pinos. 

Punto siete: si PAN y PRD siguen trepados al “ranulgate”,habría de seguir los pasos a la contraofensiva de la Secretaría de Gobernación, dispuesta como está con su titular a defender por encima de todo al presidente de la República. 

Punto ocho: un primer aviso podría darse en que el CEN del PRI absorba el proceso electoral en Veracruz, de por sí con los focos prendidos. 

Un segundo aviso sería que desde el altiplano nombraran al mayor número de los delegados federales pendientes. 

Un tercero, el nombramiento de Los Pinos en puestos claves del sexenio próspero. 

Por lo pronto, IFE y PRI lanzaron su espada en prenda por el góber jarocho…más allá de una licencia y/o el pretexto de ingobernabilidad. 

Fuente: 

blog .expediente.mx 

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