sábado, 8 de junio de 2013

XALAPA:¡ ES LA POLITICA!

Uriel Flores Aguayo
Lo bueno de las campañas electorales como las que están en curso en Xalapa, donde se renueva el Cabildo, es la posibilidad de conocer propuestas e ideas de los aspirantes a gobernarnos; en general, con las debidas excepciones, es de muy bajo perfil lo que se nos presenta como plataforma electoral y proyecto de Gobierno, si es que se puede llamar así, abundan las ocurrencias y la demagogia, el discurso fácil y falso. Quiero contribuir con algunos apuntes al necesario debate indirecto que se realiza en estos momentos: para mí el problema principal de Xalapa es político, es decir, es de democracia y de gobernabilidad, tienen que ver con voluntades políticas y con la construcción- déficit en nuestro caso- de ciudadanía; sin un desarrollo democrático prácticamente no se va a resolver ningún problema de fondo; hasta ahora hemos tenido administradores de recursos, gerente y aspirantes a todo tipo de cargos a cuenta de labores mediocres, sin compromiso y a nadar de" a muertito". Si asumiéramos que el problema es político evitaríamos rodeos y pérdidas de tiempo para enfocarnos directamente y con eficacia en la solución de nuestros grandes problemas y en la generación de una ruta de esperanza y futuro. El compromiso con la democracia define al tipo de Gobierno que queremos y necesitamos. Con democracia se genera ciudadanía, se instala un sólido proceso de un circulo virtuoso en el que los habitantes se interesan, cuidan y participan en la vida pública. El sistema actual es clientelar en todos los niveles, es excluyente en sentido social y antidemocrático en incidencia ciudadana; Si no se rompe con ese esquema de control y opacidad, con ese círculo vicioso no hay posibilidades de superación de nada.

Lo técnico no se desdeña, es fundamental, se requieren diagnósticos serios y puntuales, es imprescindible contar con los expedientes de los grandes temas del municipio: seguridad, agua potable, vialidad, turismo, juventud, deporte, salud, aéreas verdes, cultura, etc. Para los efectos de encontrar las respuestas que nuestro desarrollo exige hay que convocar a los conocedores de esas materias, ponerlos al frente, sin partidismo. Que sean los mejores los que participen en el gobierno municipal.

La salida es la alternancia, hay condiciones maduras para aplicarla en Xalapa, frenarla es irresponsable y contradictorio. Nuestra juventud, el estudiantado, las clases medias , el mundo de la cultura y las colonias populares merecen algo mucho mejor en el servicio público municipal, donde se proyecte la imaginación, el compromiso social y la honradez. Un gobierno de cambio inyectaría una poderosa dosis de energía democrática, lograría la más entusiasta y activa participación ciudadana y encararía el avasallamiento del Ejecutivo estatal. Se requiere esa legitimidad democrática para convocar con autoridad a los ciudadanos y para ser respetados por los otros niveles de gobierno. Xalapa ya no aguanta más presidentes que parecen regentes y que, penosamente, terminan siendo como " damas de compañía" del gobernante estatal en turno.

Dada la herencia clientelar y de opacidad que recibiría un gobierno de alternancia se necesita una coalición municipal ,que este mas allá de los partidos, qué sume talentos y voluntades, que amplié al máximo su representatividad y garantice el funcionamiento del municipio así como el inicio de una ruta renovadora. Imaginemos un gobierno de alternancia, la llegada de otras caras, la participación de los mejores, de puertas abiertas y la atención seria y eficaz de mucho de nuestros grandes problemas; urge un gobierno sin ataduras ,sin facturas corporativas que pagar, que rompa el embudo y " cuello de botella" en que se ha convertido la clase política local dominante. Se puede y se debe.

Recadito: corre la voz: la buena es Dulce Dauzón. 

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