martes, 24 de diciembre de 2013

FIESTAS DECEMBRINAS.

Por Valentina Trejo

No obstante, el origen religioso de las festividades navideñas, la mayoría de la población sin importar su fé ó condición social participan en las distintas celebraciones anuales para despedir el fin de año, siendo el principal objetivo la convivencia.

En nuestro país, las festividades navideñas comienzan el 12 de diciembre con la celebración de la Virgen de Guadalupe, culminando el día 6 de enero con la Fiesta de los Reyes Magos, la tradicional Rosca.

Así mismo, los mexicanos disfrutan las posadas que se celebran a partir del 16 de diciembre y que concluyen 24 del mismo mes con la víspera de Navidad o Nochebuena.

Se supone que éstas últimas (las posadas) son representaciones en las que se recuerda el peregrinar de José y la Virgen María cuando esperaban el nacimiento de Jesús, teniendo origen desde 1587, cuando fray Diego de Soria consiguió la autorización papal para la celebración de unas Misas de Aguinaldo del 16 al 23 de diciembre y que se realizarían en los atrios de las iglesias. 

Sin embargo, desde el siglo XVIII, tomaron más fuerza en los barrios y en un entorno familiar, fue entonces cuando la música religiosa fue sustituida con cantos populares. 

Por ello, también las representaciones han ido evolucionando a pequeñas obras teatrales llamadas pastorelas, en dónde se escenifica la lucha entre el bien, representado por ángeles y pastores, y el Mal, por fuerzas malignas que ponen tentaciones y tratan de desviar a los pastores en su camino a Belén.

Además, la colocación de nacimientos también forma parte fundamental de la celebración anual, que son reconstrucciones de pasajes bíblicos hechas con figuras de barro o cerámica. 

Para concluir las posadas, esta actividad se representa con una o varias piñatas, en su origen siempre eran una estrella con siete picos que representaba los pecados capitales, una persona con los ojos vendados –que simbolizan la ceguera de la fe- le pega con un palo y trata de destruirla. Las frutas y dulces del interior de la piñata son un símbolo de las bendiciones que caen sobre nosotros al destruir el mal.

Durante la época navideña están presentes varias festividades, ya sean comerciales o religiosas pero al final tienen el mismo significado, unir a la población.

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