Debería ser motivo de alegría el final de un año y el principio del siguiente. Terminar un ciclo, invita a celebrar logros y meditar sobre fracasos. Se impone realizar un balance y, con ímpetu renovado, afrontar la nueva etapa. Ello debería ser motivo de alegría… Sin embargo, para México en general y para millones de mexicanos en particular, la transición del 2013 al 2014 se presenta cargada de pesar e incertidumbre, que nos amargan la esperanza y entristecen la temporada.
A pesar de la usurpación que colocó en el poder a Salinas de Gortari en 1988, México y los mexicanos, iniciamos el tercer milenio celebrando y presumiendo un gran avance democrático. En las elecciones del 2000, acción nacional, a través de su candidato Vicente Fox, arribó a la presidencia de la República. Parecía que la normalización democrática, al fin, era una realidad en el país; en mucho, gracias a los cientos de miles, quizá millones de ciudadanos, muchos de ellos simpatizantes e incluso militantes de la izquierda, que hartos del pri, daban un voto de confianza al pan, que hasta entonces se había mostrado como un partido derechista, pero integrado por personas decentes.
Ahora sabemos que la supuesta honorabilidad panista era mentida, y que todo fue una farsa urdida y ejecutada por la derecha, para aparentar que en el país imperaba la democracia. En realidad, durante los doce años que gobernó el pan, la república simulada se afianzó y apuntaló su proyecto reaccionario. Para lograrlo, se robó las elecciones de 2006 y permitió que el pri comprara descaradamente las de 2012.
Caro, demasiado caro le han salido a México y a los mexicanos la instauración de la república simulada y la realización de sus elecciones de a mentiras. Desde el primer día de su regreso al gobierno de la República, el pri mostró su vocación represiva. Más adelante, en un acto de coherencia delincuencial, modificó los estatutos que le daban una apariencia de partido comprometido con el pueblo. Finalmente, con prisa y sin pausa, con la complicidad del pan y del prd-chucho, se dedicó a desmantelar, vía reformas estructurales, lo que quedaba del estado libre y soberano, que a pesar de todo, habíamos construido los mexicanos.
Ahora, para México y millones de mexicanos, el futuro es incierto. La República es menos soberana y el Estado se ha convertido en una caricatura de sí mismo, con un gobierno dedicado primordialmente a facilitar el saqueo de nuestro patrimonio y a contener la inconformidad que ello produce.
A pesar de ello, y dado que vamos a seguir resistiendo, quienes hacemos #LosAtractivosDeLaNoche, les enviamos un fuerte y afectuoso abrazo y les deseamos, en buena onda y sin pisca de ironía: ¡Feliz año nuevo!
@Vegdelanoche
Radio AMLO.
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