Uriel Flores Aguayo
Sin algún afán concluyente, dado que todavía se tiene tiempo, son posibles los ajustes y aún faltan las leyes secundarias, a excepción de la educativa y la fiscal, ya se puede empezar a hablar de resultados concretos y de las posibilidades efectivas que tienen las llamadas reformas estructurales promovidas en el marco del pacto por México: se trata de las reformas constitucionales en materia energética, de telecomunicaciones y político - electoral. Por negociaciones y presiones en el terreno político y con los grupos de poder, se han venido posponiendo ilegalmente, obligando a ser abordadas en futuros periodos extraordinarios; incluso la de mayor centralidad, que es la energética, apenas se presentó el día 30 de abril por el Gobierno federal. En todos los casos están atoradas por el cruce de intereses que las dominan y el planteamiento del gobierno federal que, obviamente, prioriza su proyecto. Salvo en ciertos puntos ni siquiera muy relevantes de la reforma política - electoral el equipo de Peña Nieto, no muestra mucho interés en hacer concesiones a la oposición y mucho menos a los sectores de la sociedad civil que hacen reclamos de mayor democracia y claridad en el rumbo del país. Las preguntas formuladas por Alfonso Cuaròn directas, coherentes y fortalecidas por su fama mundial, van en el sentido de saber que están haciendo y a donde llevan a México desde el gobierno federal.
La reforma política - electoral pasara primero porque es la condición del PAN para respaldar las otras, sin embargo no se le ve avance sustancial en el camino de la democratización: más poder a la partidocracia y el mantenimiento de elecciones no tan libres. Después sigue la de telecomunicaciones, ya se encuentra en análisis, ha motivado debate nacional, el enfrentamiento de los monopolios de TELEVISA y TELMEX y la movilización de varios sectores que están demandando el respeto y cumplimiento de los cambios constitucionales en la materia. Para junio se abordarán las leyes secundarias en materia energética, que apenas este día 30 fueron presentadas; se trata de la central, la fuerte, la definitiva para una etapa larga de México. Ese es el estado actual de las leyes secundarias que le darán aplicación y operatividad a las reformas constitucionales tan anunciadas en el mundo y que sólo fueron posible por el apoyo de las oposiciones de izquierda y derecha al PRI.
De las reformas vigentes, las que ya se utilizan en la práctica, tenemos a la laboral, la educativa y la fiscal; de algún modo la laboral se opaco y se volvió irrelevante, en tanto que su oferta de empleo no se nota por ningún lado; o estuvo mal diseñada o esta mal aplicada o, de plano, no sirve por sí misma. La educativa fue polémica en grandes proporciones, genero protestas sociales de gran envergadura pero sobre todo del magisterio que rebaso e hizo ver la inutilidad de los dirigentes sindicales. A estas alturas ha quedado claro que se trató de una reforma laboral disfrazada de educativa y que su finalidad principal era reasumir el control sindical de los profesores; las pruebas son de obviedad, por un lado se detuvo a la dirigente Gordillo sin cambiar el modelo de control sindical antidemocrático y se realizan actualmente foros para determinar el "el modelo educativo ". En el caso de la fiscal y la de ingresos las cosas son peores porque afecta directa y cotidianamente a la población y ha golpeado fuertemente la economía, incidiendo en carestía y desempleo; es de nítida claridad que se trató de un experimento meramente recaudatorio que no amplió la base gravable, dificulta hasta cumplir con las obligaciones fiscales y carga en todos los sectores pero sobre todo en los de menos ingresos el impacto inflacionario de los " gasolinazos ".
En concreto, en las ofertas de cambio no hay nada o están en ruta regresiva, mientras que en las cargas fiscales, en los intereses facticos y en el negocio del siglo que es el energético los procesos están caminando en función del proyecto Peñista. Lo curioso es que el PRD no sólo no se deslinde en autocrítica de esas reformas y el pacto sino que las defiende y presume; claro, desde la comodidad de los medios de comunicación y las cúpulas burocráticas. Finalmente, cuando una fuerza política, la que sea, deja de tener representación lo que haga o diga a casi nadie le interesa; avalaron a Peña, por cierto sin consulta, y ahora los tratan con desdén, obligándolos a pedir por favor que les tomen en cuenta algunos puntos.
Recadito: 25 años del MOPI se celebran todo el 2014.
ufa.1959@gmail.com
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