martes, 14 de abril de 2015

LA MARCHA ATRÁS DEL SENADOR

Roberto López Arán

Héctor Yunes Landa es senador de Veracruz y durante unas semanas atrajo la admiración mía y, creo, de algunos otros que somos refractarios al PRI.

¿Qué motivó tal atracción política del senador Héctor Yunes? Sin lugar a dudas su abierto y claro rechazo a la modificación constitucional operada en la legislatura local para abrir paso a la gubernatura por 2 años.

De esta iniciativa apadrinada por el gobernador Javier Duarte, Héctor Yunes dijo de todo: desde adjudicarle un capricho del ejecutivo hasta otorgarle visos profundos de intereses de grupo por encima de los veracruzanos. 

Desde el senado, en sus espacios de columnista, pasando por entrevistas y declaraciones a los medios, Héctor Yunes mostró músculo, y encabezó, --ahora sabemos sólo pólvora mojada—las inquietudes independientes partidarias dentro del PRI contra la imposición, dejo ver él, del “señor gobernador”.

Hoy Héctor Yunes, amnésico, desmemoriado, quizá indignamente calculador, se placea en mítines priistas, levantando manos, arengando a los acarreados a obligarse a dar “un chingo de votos” para el PRI en la elección de junio, ofreciendo con penosa servidumbre su figura política a servicio de quienes hace apenas unas semanas eran los enemigos de la legalidad en Veracruz.

¿Es este el real rostro político del senador que alguna vez fue un “rebelde de a mentis”? Me temo que sí.

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