Imagen: youtube.com
Corroído por el saqueo, la violencia, la corrupción, México es sacudido por los turbios vientos soplados desde los centros del poder financiero global.
Al interior, millones cedieron voz y voto a una clase política crápula e ineficiente; cínica y autoritaria; frívola e irresponsable. ¿Quién dice que los tiranos no tienen base social?
Depauperados y estupidizados, indiferentes a su propia tragedia, masas inmensas se adaptan y mal viven la biografía que les escribiera el dedo manicurado de algún gentleman.
Oposición sí hay, abundan las oposiciones; se enfrentan al poder y se oponen entre ellas.
Abunda el descontento que se vuelve desconsuelo; la tristeza impera en el gesto de la gente.
Abruma la desesperación; degrada la vida y abona la muerte.
Salida equívoca, la delincuencial es la única a la vista de muchos jóvenes. Salto al vacío, lo que el país les ofrece.
Antes de gritar “¡Viva México!”, el embajador en Londres, gritó: “¡Viva Porfirio Díaz!” Los presentes lo secundaron. Fea expresión de la gente bonita. Exalta la dictadura del pasado y alienta la presente; pretende ponerla de moda y se acomoda.
Gobiernan el país desde la soberbia de quien se asume superior; humildemente, invitan inversionistas y rinden cuentas en el extranjero; no hay contradicción, así es el talante de los racistas.
Han logrado todo lo que se han propuesto, pero jamás tendrán la victoria definitiva: Hay millones de voluntades que se mantienen invictas, a pesar de todas las derrotas. Ahí está el germen del triunfo nuestro.
México está en el aire; sólo el batir de alas libertarias hará posible que caiga de este lado de la frontera. Y vuelva a ser nuestro.
@Vegdelanoche
Fuente; Radio AMLO

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