Greenpeace hace un llamado al Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), José Calzada Rovirosa, a impulsar modelos de producción innovadores y ecológicos, sanos para la tierra y las personas en el país, en el marco de la reciente publicación del estudio de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NAS por sus siglas en inglés), “Cultivos modificados titulado “Cultivos Genéticamente Modificados: Experiencias y Perspectivas” (2016).
Greenpeace señala que el informe es uno de los primeros en considerar los efectos socio-económicos de los cultivos transgénicos y, a su vez, confirma muchos de los problemas asociados con ellos, como se documentó en el informe “20 Años de Fracaso de los Transgénicos” de Greenpeace, por ejemplo, la resistencia de las denominadas malezas en los cultivos GM para tolerar herbicidas. Sin embargo, la organización también destaca que el informe deja fuera la principal falla de los cultivos transgénicos: refuerzan el modelo de agricultura industrial y fortalece el control corporativo sobre nuestra comida, con un impacto negativo en lxs agricultores y las personas.
De acuerdo a la organización ambientalista, el informe de la NAS excluye además la agricultura ecológica de su análisis, misma que ofrece un sistema agropecuario que protege la biodiversidad del suelo, la soberanía alimentaria y por lo tanto tiene mayor capacidad de resiliencia frente a los impactos del cambio climático; en consecuencia el informe ignora alternativas de producción que han demostrado ser más eficientes y, sobre todo, más seguras para la gente y el planeta.
El informe ha sido retomado por la agroindustria para justificar el uso de transgénicos con la aseveración de que son igualmente seguros que los alimentos no transgénicos. Al respecto, Greenpeace sostiene que “pese a que [el informe] incluye una revisión amplia de las experiencias en los EE.UU. y en otros lugares con estos cultivos, muestra una preocupante contradicción al considerar que no hay efectos adversos a la salud por el consumo de los actuales cultivos transgénicos comerciales, y, al mismo tiempo reconocer que es necesaria una mayor investigación sobre sus impactos a la salud y el medio ambiente. En particular, por los efectos no deseados a largo plazo, y debido a la posibilidad de los cambios que se pueden generar en la química del metabolismo vegetal por el proceso de modificación genética”.
Según el análisis desarrollado por la organización, los cultivos transgénicos son una falsa y costosa solución para los retos de agricultura y alimentación de hoy y mañana. Las alternativas reales a la agricultura industrial, así como los problemas generados por los cultivos transgénicos (como súper malezas, etc.) son las prácticas de agricultura ecológica. Y destaca la urgencia de dejar de apostarle a prácticas insostenibles y riesgosas que ponen en juego nuestro futuro y hace un llamado al Secretario a promover modelos innovadores y ecológicos como ha manifestado anteriormente públicamente.
Fuente: Greenpeace
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