sábado, 9 de julio de 2016

LA GATA REVOLCADA

Si algo nos tiene particularmente enfadados, por no decir encabronados, en este país es la corrupción y la brutal ineptitud del gobierno y hasta hoy, con doce años de alternancia entre el PRI y el PAN y algunos gobiernos del PRD y del PVEM en los estados, las cosas lejos de mejorar van empeorando y amenazan con un estallido social de pronósticos reservados.

Desde la conducta aviesa de Peña Nieto y la turbia adquisición de la Casa Blanca, hasta los altos y ofensivos salarios de los “políticos” y “administradores” de los diversos poderes y organismos “seudoautónomos”, el país vive en una desencantadora y criminal oligocracia.

En el despeñadero del país, los actos individuales de cada burócrata corrupto pavimentan el camino hacia el acantilado. Cada nuevo grupo que pretende gobernar de manera diferente, termina imitando de la peor manera al anterior, así, se ha perpetuado un presidencialismo autoritario y la anomia de la sociedad civil. Los atisbos de una ciudadanía participativa son lanzados a una peligrosa periferia de lo legal y son criminalizados por los poderes fácticos, cuya ganancia es inmensa en la connivencia y procreación de la corrupción.

Los controles horizontales y societales, que en otras democracias le sirven de puntales para su consolidación, aquí son marionetas y supercherías creadas para seguir engañando al pueblo… el pueblo mismo, tras quinientos años de conquista: sigue hincado y sometido a un poder que no entiende, más que en la fe; no se da cuenta que se somete a un dios que está administrado por su conquistador.

Esa construcción de supuestos controles de los políticos, quedan desnudos y enseñan su turbidez, en las acciones que Javier Duarte impulsa con sus sumisos diputados, para crear un parapeto que le permita escapar de la justicia, con la creación de un ¡sistema anticorrupción! Su maestro es Peña Nieto que nombró a su mejor amigo al frente del sistema nacional anticorrupción: Virgilio Andrade, caricatura sin duda de todo lo que significa un fiscal anticorrupción. Igual en Veracruz.

Se entiende la desesperación y preocupación de todos los priistas que vivieron de la corrupción y saquearon las arcas públicas; que se coludieron con los narcos y les permitieron hacer de Veracruz una zona carente de Derecho; que destruyeron los servicios públicos, que abandonaron el sistema educativo, el de salud y el de pensiones… se entiende su temor de que una nueva justicia los llame a cuentas, los sancione con privación de su libertad y lo peor: que les incauten lo robado.

Eso es lo que les preocupa más: perder lo que ellos creen que los hacía “gente bonita y de respeto”. Nunca se dieron cuenta de sus ridiculeces, de su mal gusto por todo, de su ostentación superficial y su pobreza espiritual. De los trajes guangos y mal cortados, de sus perfumes caros e insípidos, de las carnes fofas o mal operadas, de las horrorosa hummers, de su sexo anorgásmico y de eyaculadores precoces, de su homofobia, pero usuarios constantes de sexoservidoras y sexoservidores, de sus cantos amorosos copiados de las peores telenovelas de televisa, de su supina ignorancia y su chapuza educativa con títulos comprados en escuelas particulares…

Se entiende la desesperación de todos y todas que han vivido bajo la égida del PRI, porque han descubierto su miseria humana, su cultura de oropeles, su política demagógica en si: su falsedad como ciudadanos y servidores públicos.

Lo que no se entiende y amenaza con dar “gato por liebre” es que los militantes del PAN y del PRD que apuntalaron el triunfo de Miguel Ángel, estén cortados con la misma tijera. La amenaza es seria, ya que el nuevo gobierno poco cambiará el estado de cosas, cuando se descubre que ningún diputado o diputada ha hecho pública su declaración “3de3” y tampoco los que actualmente son representantes de esos partidos. Sabido es que en los municipios de “oposición” el alcalde es el dueño de la compañía de construcción de la obra pública o socio de la misma; pero eso, todo mundo lo calla y deja que la corrupción galope; sabido es que los representantes populares “gestionen” desde plazas de maestros, placas y despensas, etcétera, pero eso todo mundo lo calla.

Ahora, entre el miedo de los burócratas priistas, resurge la sorna y los memes con respecto a los futuros funcionarios: ¡Son lo mismo! ¡Tú tranquila tienes buena nalga!; Tú, sin cuidado, eres su cuate y además, testigo de cómo le dio dinero el exsecretario para su campaña, lo tienes agarrado por los ¡güevos! (testículos, por las dudas ortográficas y semánticas) o de plano, se los agarras y ya está. La sordidez cubre toda la transición.

De las listas de diputados y diputadas que son ya electos y que pronto jurarán su cargo, se desprenden las dudas realmente cartesianas: sus hijos o familiares ¿tienen realmente los méritos propios para ser representantes populares o servidores públicos o sus cargos fueron comprados? ¿seguiremos en el mismo nepotismo cultural que el PRI construyó en su nefasta hegemonía? los recursos acumulados de manera corrupta por los diputados salientes y servidores públicos que los partidos de oposición lograron “colar” a la burocracia de Duarte ¿tienen derecho a quedárselo? ¿Los futuros funcionarios de Miguel Ángel Yunes Linares tienen derecho a ser servidores públicos en las secretarias de despacho o directores de lo que sea, aunque sean técnicamente incapaces y algunos hasta se presenten con títulos falsos o sin titularse de nada, solamente porque son sus cuates políticos? y ¿los acusados de corrupción, se quedan o se van?

Las fotos del gobernador electo son elocuentes, así eran las de Duarte cuando le ganó hace seis años con fraude de por medio: ¡Todos querían salir en la foto, todos querían estar arriba en el barco de la corrupción para arribar a la tierra de Alí-baba y sus cuarenta ladrones!

Puede haber una luz para salir del aquelarre duartista: depuración de la burocracia e implementación de un sólido servicio civil de carrera, donde sea el mérito y el conocimiento lo que permita estar al frente del servicio público, obviamente con rendición de cuentas y fiscalización ciudadana; obligación de transparencia con el cumplimiento de la iniciativa 3de3, es decir, tiene que ser pública la fortuna que tiene el servidor, su declaración fiscal y sus nexos con la iniciativa privada o negocios que lesionen el servicio público, para prevenir que se robe el erario. En cuanto a los y las que vayan a integrar las secretarías de despacho, serán aprobados por el Congreso local a propuestas de ternas del representante del poder ejecutivo.

También es urgente que se apruebe una Ley de Participación Social y Contraloría Ciudadana que garantice a todo mundo, mecanismo rápidos y expeditos para participar activamente en la elaboración, implementación y fiscalización de toda obra o política pública que emane del gobierno; donde los controles internos de las dependencias estén a su vez controlados por los ciudadanos.

Parte delicada de la administración pública es la burocracia integrada por los aparatos de seguridad, tanto locales como federales. Con la federación urge que el nuevo gobierno firme un pacto o acuerdo de corresponsabilidad en la vigilancia y seguridad pública de zonas de mayor riesgo táctico-militar; en zonas menos críticas, la ciudadanía deberá tomar el control en sus manos, soportado por la logística policiaca y su constante fiscalización… sabemos que la actual policía está infiltrada por el narco, por ello, su depuración es urgente, así como la participación ciudadana en sus propios comités de seguridad pública local.

Los demás temas sociales deben de ser tratados ampliamente y no como resultado de una mente iluminada; ya hemos visto los desastres que el “populismo” deja en Latinoamérica al igual que los del neoliberalismo. Lo que necesitamos es una democracia participativa y una burocracia meritocrática, donde, la ciudadanía tome el gobierno en sus manos y junto con los administradores, decidan las políticas públicas prioritarias y su implementación realmente eficiente y eficaz, cuyos resultados sean medibles y permitan la generación de un mayor capital social y la elevación del bienestar común y particular de la gente… si la forma de administrar la cosa pública no cambia y sólo se da en el discurso demagógico, será igual que revolcar a la gata… esta seguirá siendo la misma.
Isael Petronio Cantú Nájera
2288464633
Imagen: politicadigitalsiglo21.blogspot.com

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