jueves, 7 de julio de 2016

Tráfico: Una historia de caos y terror

Blogpost por Montserrat Esteve, voluntaria de Greenpace México
“Si salgo 5 minutos más tarde, no llego” es una frase completamente verdadera y bastante común en la ajetreada vida que llevamos en el Valle de México. Las conexiones del área metropolitana son tan pocas y tan llenas de tráfico que es muy probable que esto nos haya sucedido a cualquiera de nosotros más de una vez, sobre todo si estudias, trabajas o gustas de ir del Estado de México a la Ciudad de México. Si al tráfico, la falta de transporte público y el uso de automóviles por una sola persona, sumamos otros factores, como el clima o los días de quincena, se vuelve un descontrol total.

Uno de los peores días que he tenido atascada en el tráfico fue precisamente aquel en el que tenía que transportarme en mi auto de Naucalpan, a la altura de las Torres de Satélite hasta Ciudad Universitaria y no había tomado en cuenta que era un viernes de quincena y la probabilidad de lluvia era bastante alta. El camino de ida fue “normal”: Tráfico de autos, camiones, combis, peatones, etc. Salí de mi casa a las 10:30 am y me tomo 100 minutos llegar a CU. El tiempo que demoré fue considerable y para aprovechar que estaba de ese lado decidí pasar a comer al centro de Coyoacán. A las 5 de la tarde decidí que era momento de volver pero justo empezó una lluvia torrencial y con ella el tráfico y la histeria de los demás conductores, tanto de transporte público como de particulares, la prisa de los ciclistas y los peatones por cubrirse del agua. Cuando pude salir del centro de Coyoacán había charcos por todos lados y por supuesto filas interminables de automóviles, a vuelta de rueda.

Con el temor de chocar llegué a Periférico y, cuando pensaba que podía subir al segundo piso, me di cuenta de que ya tenía una hora atrapada en el tráfico. El segundo piso, propuesto como solución al tráfico de la ciudad y una vía de conexión en la Metrópoli, es una mentira pues la cantidad de autos es la misma, además, nadie me dejó pasar para subir y al final me quedé atorada ahí con lluvia y unos charcos que parecían lagunas.

Después de tres horas y media llegué a mi casa y aunque la historia no parece de terror sí es de caos, porque la distancia entre un lugar y otro no es tan larga y el tiempo de traslado es demasiado. Le conté a mi mamá la razón de mi demora y me contestó: “Es lógico. Es viernes de quincena y hay lluvia, mejor no salgas en días así”. Mi duda es si la solución es dejar de hacer mis actividades para evitar el tráfico y el caos de la ciudad. Yo creo que no.

Por eso, hoy te invito a firmar esta petición y exigir mejor transporte público en el Estado de México.
Fuente: Greenpeace

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