miércoles, 14 de septiembre de 2016

Tienda de Raya…

Por: Lechuza.torres@gmail.com
Por una nueva gestión pública para Veracruz…
Gobernanza es un término que aparece en el discurso académico de la política pública a finales de los años setenta del siglo XX. Aparejado al término de gobernanza surgen también los conceptos de gobernabilidad y de nueva gestión pública. Sin embargo, hay que distinguirlos por que no significan lo mismo. La gobernabilidad se refiere a la capacidad de un gobierno para cumplir con los fines del Estado que representa. Si partimos de la doctrina que establece que el fin supremo de todo Estado es procurar el bienestar común, entonces comprenderemos que habrá gobernabilidad en un Estado donde su población es atendida en la mayoría de sus necesidades de desarrollo.

Partiendo de la idea de gobernabilidad, un Estado puede ser benefactor o asistencialista, donde el Estado asume toda la carga y la responsabilidad de ofrecer a su ciudadanía el bienestar social que requiere, o bien, ser un Estado moderno y neoliberal, donde se acepte que el Estado no tiene la capacidad para otorgar los beneficios sociales que su población requiere, y por tanto, concesione, subsuma y derive estas responsabilidades a los particulares.

El concepto de gobernanza surgió en un punto de quiebre de la gobernabilidad, donde se descubrió que gobiernos capaces fiscal y administrativamente tenían serias fallas para resolver problemas sociales, que no se resolvían con balanzas de pagos equilibradas ni con una deuda pública controlada.

La gobernanza comenzó con la identificación de programas y políticas públicas inoperantes, que solo producían gastos y no generaban beneficios sociales. Ya entrados en la década de los noventa del siglo XX, la gobernanza impulsó reformas en las prácticas y formas de trabajo de la administración pública, pasando a la era de la nueva gestión pública, que buscó restructurar los procesos organizativos del poder público, incluyendo ahora las premisas empresariales del sector privado de productividad, eficacia y eficiencia en los procesos, forjando una filosofía para un nuevo “Estado gerente”.

Bien, de acuerdo a lo apuntado y pasando a discursos más huastecos y jarochos: ¿Qué tipo de gobierno necesitamos en Veracruz para componer el desmadre que nos dejaron?

¿Hay gobernabilidad en Veracruz? ¿Necesitamos un gerente que ponga orden en programas inoperantes y corruptelas en la política pública? o ¿requerimos un gobierno que reconozca nuevas formas de participación en la administración pública para construir un Veracruz respetuoso de los derechos sociales y competitivo para impulsar el desarrollo que necesitamos?

En mi humilde opinión, creo que tenemos la posibilidad en Veracruz de emprender una tercera vía, alterna a un Estado burocrático y corrupto, y a un Estado liberal que no atienda el bienestar colectivo. Esa vía es la participación ciudadana, para construir ese Veracruz competitivo y humano que todas y todos queremos.

Y el gobierno electo para el periodo 2016 al 2018 ya abrió la puerta para esta vía. Por ello, celebro la Consulta para la elaboración del Plan Veracruzano de Desarrollo para este periodo. Celebro y actúo, estando presente en el foro llevado a cabo en la Unidad de Servicios Bibliotecarios de Poza Rica (USBI-UV).

Invito entonces ha que hagamos lo propio, ahora que quieren escucharnos, pues hay que abrir la trompa. Y proponer, proponer, proponer.

Y exigir, exigir, exigir lo que el Estado nos debe: bienestar social y colectivo para el pueblo veracruzano.

Todavía es tiempo de hacer escuchar nuestras opiniones y propuestas para un Veracruz más humano, incluyente y más justo. Ingresa tu propuesta en el sitio http://consultapvd.uv.mx/ 

En ese espacio pueden consultar mi propuesta, producto de años de experiencia y sesudo estudio de la situación de la mujer rural e indígena en la Huasteca, en relación a la necesidad de asignar presupuesto suficiente para un programa estatal de asesoría y gestión de derechos agrarios en beneficio de mujeres rurales e indígenas de Veracruz, que actualmente trabajan y cultivan parcelas, produciendo alimentos para su familia y comunidades, pero que no cuentan con la seguridad jurídica sobre sus tierras, porque ellas, por procesos sociales y percepciones de machismo y discriminación en sus propias familias y ejidos, no han sido consideradas para ser titulares de tierras. 

También en este sitio de la consulta pueden revisar la propuesta de mi amiga Paty Cánovas, a quien le mando un abrazo sororo desde esta columneja, aplaudiendo su propuesta para fortalecer la participación ciudadana a través de asociaciones sin fines de lucro.

Yo participo, no solo me quejo.

Yo estudio y propongo, no solo critico.

¿Y usted caro amigo?

Hasta la próxima.

Referencias:

s/a. Capítulo Segundo. El concepto de gobernanza. Consultado en fecha 13 de septiembre de 2016 en el sitio http://bibliohistorico.juridicas.unam.mx/libros/6/2818/5.pdf 

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