martes, 19 de diciembre de 2017

​De alianzas y derechos civiles

La escena veracruzana
Imagen: youtube.com
Las alianzas siempre han estado en el debate de los pueblos y de sus dirigentes a la hora de los momentos críticos, cuando está en juego el futuro del proyecto de una transformación radical. Así sucedió durante la Independencia, la Reforma y la Revolución. En procesos internacionales también hay ejemplos notables. Un caso es el de la revolución cubana, que para garantizar el triunfo del movimiento 26 de julio hizo causa común con demócratas liberales, socialistas y personeros del anterior régimen, sin que se pusiera en ningún momento en peligro el curso de la revolución.

El problema de las alianzas es hacia dónde se conducen, quien las conduce y por donde las conduce. Y esto tiene que ver con la correlación de fuerzas.

Hoy en día los partidos arman sus propuestas en dos direcciones. Por un lado, para mantener la orientación neoliberal en la economía y para continuar con los negocios que tanto les han redituado a unos cuantos en el poder. Para allá van las alianzas del PAN con el PRD y Movimento Ciudadano, así como las del PRI con el PVEM y Nueva Alianza. Por otro lado, se propone cambiar dicha orientación neoliberal y erradicar la corrupción de raíz, la que sostiene este esquema económico a costa del crecimiento, del empleo y del bienestar de la gente.

Las alianzas que ha hecho MORENA con el PT y con el Partido Encuentro Social (PES)van en este sentido. El acuerdo básico es cambiar la orientación del país. Cada partido sigue conservando su propia ideología y su programa. Pero el convenio unificador es el Proyecto Alternativo de Nación que propone López Obrador. Se critica a AMLO por hacer alianzas con el PES, porque éste ha enarbolado programas distintos a MORENA y muchas de sus bases, con justa razón, denuncian las posiciones del PES sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos y el derecho de las minorías de la diversidad sexual a ser respetadas.

Pero en el desarrollo y aplicación del programa de trasformaciones que propone MORENA están las condiciones para que se avance en el respeto de los derechos de mujeres y de las minorías de las distintas expresiones sexuales en el país. 

Al priorizar la agenda social está el germen para seguir impulsando la rueda de la historia que inexorablemente camina en la defensa de los derechos humanos y en el respeto de tales derechos para mujeres y minorías de todo tipo, incluyendo las de la diversidad sexual. Al concretar lo que ha sido negado por décadas a la población: educación, cultura, arte, ciencia, se estará construyendo un piso consistente para que la rueda de la historia avance con mayor velocidad y contundencia.

Pero todo esto pasa porque el proyecto de Morena y AMLO se concrete. Y para esto hay la necesidad de reunir a la mayor cantidad de mexicanos, sean o no de los partidos aliados. Al aplicarse el programa de transformaciones que propone Andrés Manuel, los derechos civiles y el respeto a la libre decisión de mujeres y personas de la comunidad LGBTTTI será una realidad más accesible y cercana para todos. Esta es la vía más corta y efectiva para lograrlo. El objetivo ahorita es cambiar el régimen de corrupción e impunidad que impera en el país. Después habrá posibilidades (reales, no simuladas) de concretar las vías para concretar todos los derechos para todos. Así lo comprende el grueso de la población, que ya se une activa y pasivamente a la gran transformación que se avecina. Así lo han comprendido también las bases del Partido Encuentro Social, que en sus congresos estatales empujaron hacia un acuerdo con MORENA, dato que luego se olvida.

Lo dicho, urge un cambio verdadero.

Marco Antonio Medina Pérez
marco.a.medinaperez@gmail.com

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