En días pasados el condiscípulo de Meade, su compañero de banca en el ITAM, y actual precandidato del PRI, uno de los dos Yunes en la actual precontienda, José Francisco Yunes Zorilla, expresó que Veracruz vive una situación terrible, pues mientras el resto del país crece, Veracruz está en recesión. Más allá de la falsa premisa implícita, de que México crece, dado que la población aumenta al mismo ritmo del 2 por ciento en que crece la economía desde hace 30 años, por lo que el crecimiento finalmente se compensa y es nulo, la afirmación de Yunes Zorrilla revela, además de su formación de tecnócrata, su bajo nivel de conocimiento de la realidad de Veracruz.
Habituado al lenguaje tecnocrático, YZ no da cuenta de los niveles esos sí terribles en que se viven las familias y la sociedad veracruzanas.
En realidad, lo que vivimos es una depresión, un colapso, una catástrofe, que además se caracteriza por una crisis generalizada en materia social y de seguridad pública. Si actores políticos como YZ no quieren reconocer la situación trágica que se vive es porque son corresponsables de lo que ocurre, pues en los diferentes puestos que han ocupado han convalidado el estado de cosas presente, y cuando tuvieron en sus manos la posibilidad de poner un freno nunca lo hicieron. Por ejemplo, Yunes Zorrilla fue miembro de la Comisión de Hacienda en la Cámara de Diputados, durante la LVIII Legislatura, del año 2000 a 2003, tiempo en el que se fortaleció la gubernatura de Miguel Alemán y comenzaron los desvaríos en la economía veracruzana. De 2009 a 20012, primero como compañero de bancada de Javier Duarte y después en los primeros años de desgobierno de éste, participó apuntalando las primeras atrocidades del hoy señor “N”, vinculado a proceso, y quien recién se ha desdicho de lo que propaló alguna vez, con la intención de manchar a los de Morena, que entregó recursos a AMLO a través de Cuitláhuac García.
En el Senado de la República YZ se destacó por apoyar las reformas estructurales de Peña Nieto, desde la reforma laboral, la educativa, la fiscal y la energética, todas ellas sin haber consultado en lo más mínimo a la población afectada de Veracruz. Los maestros, los pequeños y medianos comerciantes y empresarios, los trabajadores petroleros, los desempleados por el modelo económico que ha sido reforzado por estas reformas, deben acordarse muy bien a la hora de votar de uno de los personajes políticos a los cuales les deben la situación en la que se encuentran. Además, como presidente de la Comisión de Hacienda, YZ tuvo que procesar, defender y promover los famosos “gasolinazos”, de tal manera que es responsable muy directo de los aumentos que vemos hoy, día con día. Pero también fue integrante de la Comisión Bicamaral en materia de disciplina financiera de las entidades federativas y de los municipios, disciplina que, como se ve, no pudo realizar para meter en cintura el grueso y corrompido ejercicio presupuestal del gobierno veracruzano en manos del ahora señor “N”.
Hoy los que quieren alejarse de Duarte de Ochoa apelan a la desmemoria de los ciudadanos. La mayoría de los veracruzanos, alejados de los entramados de la política, preocupados por sobrevivir, no tienen el suficiente alcance en la memoria para vincular los dichos con los hechos, la declaración pública con la actuación en las cámaras, la relación de su vivir cotidiano con los responsables de ese mal vivir. Es preciso abrir los ojos, alumbrar la desmemoria para ver de manera nítida que los golpes de pecho por la “terrible realidad de la recesión”, el “nos duele” de los precandidatos priistas, sólo es un paso más para encumbrarse y seguir lucrando con los intereses de la gente.
Lo dicho, necesitamos un cambio verdadero.
Marco Antonio Medina Pérez
marco.a.medinaperez@gmail.com
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