sábado, 14 de abril de 2018

Más bronca al fuego

La escena veracruzana
Cuando ya la contienda electoral parecía tomar un camino menos “broncudo” por estrategias de los propios candidatos, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinó echar más bronca al fuego. El Tribunal en cuestión ordenó al INE de Lorenzo Córdova que había que incluir a Jaime Rodríguez Calderón, apodado ”El Bronco” como candidato independiente a la presidencia de la República, al determinar que había habido un indebido proceso en la determinación del INE. 

Respaldado por 58% de firmas apócrifas y 158 mil firmas simuladas, las primeras sabias y contundentes declaraciones de Jaime Rodríguez fueron: “Ya estoy, no me querían, pues ahora ya me tienen que aguantar.”

La intención es a todas luces contar con un as más bajo la manga en el juego que el régimen libra contra Andrés Manuel López Obrador. La virulencia de los ataques contra el candidato puntero y otros que están en etapa de preparación, podrían tener ahora una cara pública.

El mal resultado de la estrategia fallida del gobierno de bajar a Anaya del ring mediante un método “broncudo”, antes de que iniciara el periodo electoral, hace cada vez más difícil la situación de Meade. Anaya todavía no es aceptado por el régimen, por ello todavía tiene encima la espada de Damocles de la investigación que se sigue en su contra. Difícilmente el Bronco se convertirá en una opción coherente y ganadora (sobre todo de la manera fraudulenta como ha sido investido candidato independiente) por lo que su papel sólo consistirá en lanzar dardos sucios contra el puntero, sin arriesgar a Anaya o a Meade en la guerra contra AMLO, mientras se decide quien será el que unifique a la derecha y juegue contra este último. El encuentro Peña Nieto-Salinas en el cumpleaños de éste demuestra que siempre tienen la posibilidad de ponerse de acuerdo, si no es que ya lo hicieron y el festejo del septuagenario expresidente fue el marco para hacerlo.

La determinación absurda de incorporar al Bronco no parece que vaya a tener buen fin, a menos que al final se intente algo tan vulgar como lo que se hizo en la elección local de Emiliano Zapata, el municipio conurbado de Xalapa, el año pasado, en donde se anuló el resultado a favor del candidato de Morena argumentando que el segundo lugar no contó con el mismo tiempo de campaña que el candidato ganador. Habría que prever cualquier escenario extremo, ahora que sabemos lo burdo de la decisión del Tribunal Electoral.

Pero ello parece no afectarle a Andrés Manuel, quien propone incluir no sólo al Bronco sino a todos los que se apuntaron como candidatos independientes. La ola morenista que sigue creciendo, y ya se acerca a los 20 puntos de diferencia, le da la confianza necesaria para plantear eso y más, incluyendo el respaldo al comunicado de Peña Nieto sobre la balandronada de Trump de enviar tropas a la frontera de México. Serenidad y paciencia, como dicta la conseja popular, pareciera ser la estrategia. En tanto que Anaya, en posición mimética, copia y copia propuestas y ademanes, como táctica de guerra, esperando el momento del descuido para lanzar su dardo venenoso. Esto y más veremos en esta primavera de vaivenes y contrastes climáticos y políticos.

MIENTRAS TANTO, se asomaron a la escena veracruzana por diferencia de horas Meade y Anaya sin dejar ninguna huella relevante ni inclinar ninguna balanza a su favor. Tampoco afianzaron a sus candidatos locales. Lo que sí apuntalaron fue la estructura corporativista que ambos impulsan apoyándose, uno, en los viejos respaldos de las organizaciones campesinas y populares, y otro, en los apoyos sociales y en la estructura clientelar estatal que está trabajando a todo vapor. Lo dicho, urge un cambio verdadero.

Marco Antonio Medina Pérez
marco.a.medinaperez@gmail.com

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