Nos estamos pudriendo como sociedad.

Sapos y Alacranes 

Por Orlando Segura Hervert. 

Veo en la revista Proceso una nota relacionada con un pediatra que en varias décadas violó a infinidad de niños de 3, 8 y 12 años, condenado a 79 años de cárcel. Allá en Pensilvania Los afectados sufren de insomnio, depresión, angustia, fueron severamente perjudicados físicamente y psicológicamente. 

Continúo con la lectura y me detengo en otra nota en la que el Papa Francisco destituye a un arzobispo porque encubrió a un sacerdote pederasta. Y así, diversos reportajes de este tema, de menores que son abusados sexualmente, en este caso con datos informativos de Televisa, y donde salen las madres acusadas de dar consentimiento de tales ilícitos o permitirlos y entonces con tristeza  tengo que admitir que nos estamos pudriendo, desintegrando, resquebrajando el tejido social. 

Deshumanizando, los valores y principios se están perdiendo, o como diría la tía Juana “Nos falta Dios, nos falta Jesús o este mundo está a punto de llegar a su fin” 

Nos ahoga la maldad, el consumismo, la pérdida de solidaridad, la ambición, cada vez las familias se quiebran y deshacen por drogadicción, alcoholismo o lujuria y con ello las comunidades viven un verdadero caos en el que ya no hay respeto ni por los demás ni por la vida misma, la violencia es un tsunami que  devora todo, reflejo de que la batalla por no desaparecer es compleja. 

Los casos que les menciono no solo se presentan en México, también en Estados Unidos o Europa, lo que obliga a pensar que estamos haciendo como seres humanos, revisar en que se está fallando, es un punto de análisis no solo para los sociólogos, sino para las iglesias, los cristianos, los padres de familia, los maestros,. Inculcar buenos cimientos en la niñez, forjar la unidad, cuidar a los nuestros y a los sectores vulnerables y si cada uno de nosotros pone un granito de arena, contribuiremos con algo en la transformación y mejoras de la sociedad. 

Los castigos carcelarios están muy bien, leyes y normas que se cumplen siempre y cuando impere el estado de derecho, pero una persona que se siente amenazada y perseguida, lastimada es muy difícil reparar el daño causado, lo más importante es prevenir y no lamentar.