miércoles, 25 de junio de 2008

COMENTARIO DE MIGUEL CAMÍN...




Estimados editores, Jerónimo Folgueras es una rata gorda y bigotona; aun cuando hoy se haya depilado el mostacho y su boca lampiña me recuerde el rosado culito de un plumífero. Ladrón él y ladrona su estirpe: a doce días de asumir el cargo de alcalde, su primogénito le puso sello a su heráldica cuatrera, asaltando a mano armada a una dependienta en una gasolinera en Boca del Río. Gastó muchísimo dinero para mantenerles el hocico cerrado a los periódicos y se le encueró –políticamente hablando— de cuerpo entero al gobernador y a su procurador de justicia (más bien ex, este último, porque ya le dieron flit, por eficiente y justiciero). ¿De dónde sacó la lana para apagar el fuego que su vástago encendió? Pues de la tesorería municipal, ¿verdad señor contador público (¿what?) Juan Betancourt Alpírez?

Cuando Jerónimo Folgueras se postuló para candidato a la alcaldía era ya de dominio público su adicción rapaz y codiciosa, asociada a una compulsión cuasi enfermiza a la mentira, al embuste, a la demagogia. Era un amante fogoso de la lana, de la lana ajena. Sólo los zoquetes del Pan, la dirigencia aquélla, los Mancha, los Aguilar, los Bautista, los Iñigos, et al, o decían desconocerlo o se hacían pendejos. Yo creo que se hicieron pendejos con la pendeja esperanza de sacar raja del botín que administraría con sabiduría de Ali Babá Jero Folgueras. Pero éste, es decir Jerónimo, les salió más cabrón que bonito y les mandó al chorizo lanzándoles sólo unas putas migajas del pastel que a la víspera habían soñado repartirse. ¡Culero! Le alcanzaron a gritar los panistas a Jero, cuando éste ya le había entregado cetro y corona a Juan Ramón Gánem.

¿Cuánto billete se chingó Jerónimo Folgueras Gordillo en sus tres años de arduo oficio de asaltante? Cálculos profesionales de café estiman unos 80 millones. Un madral de dinero. ¿Se le nota? En sus casas, en sus predios, en sus vehículos, en la compañía constructora que montó y que ahora gana contratos de obra pública con Juan Ramón Gánem. ¿Por qué el Orfis (órgano de fiscalización superior, para los ignorantes) no le encontró nada digno de ser enjuiciado en las auditorías que le ejerció? Porque el titular Mauricio Audirac Murillo se benefició con las sumas exorbitantes de pago de servicios que el ayuntamiento de Jerónimo Folgueras contrató para ser auditado, a proveedoras de servicios contables vinculadas al propio Orfis.

Dicen que el dinero es como la mierda de abono, no es beneficiosa a menos que se reparta, y Jerónimo Folgueras , bondadoso él, le dio a su tesorero Juan Betancourt, a su síndico Héctor Vargas y a cada uno de los putos regidores lamehuevos que tuvo siempre de hinojos, panistas, priistas y otras nomenclaturas rastreras.

No me extraña nada que hoy se ventile públicamente las raterías de ese alcalde rufián, mendaz y bellaco que fue Jerónimo Folgueras. Aun cuando los medios entierren la cabeza y levanten el culo, lo que se ve no se juzga.
Miguel Camín

2 comentarios:

José dijo...

La culpa de la tremenda impunidad que permite que funcionarios municipales roben las arcas no es del Dr. Folgueras o de cualquier politico en turno, tipos bajos y ruines abundan, basta con darse un vuelta por el pueblo, caras vemos costumbres no sabemos.

Aqui hay una responsabiliad ciudadana que debe de denuciar este tipo de atrocidades, como vemos el ORFIS es una porqueria, atención DIPUTADOS vamos poniendo fin a esta impunidad. No es cuestión de partidos es cuestión de responsabilidad. Vemos como aumenta la energía, los impuestos, los alimentos e insumos y nuestros politicos locales robando el poco recurso que llega para infraestructura básica que generaria más empleo e ingreso. "TIENES EL VALOR O TE VALE"

tuma dijo...

Y que me dicen de la inseparable lucy, o debemos decir la CONTADORA Lucia Castellanos, quien tambien fue parte de ese grupo de privilegiados de de dos patas que robaron a mas no poder. Lucia que su servicio social lo hizo fardeando en las tiendas departamentales era una profesional.